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Un debate capital: la discusión sobre las calles a cota cero se allana

ZeC abrió el debate con la calle Don Jaime I y a pesar de la polémica que hubo en su momento, el PP ha optado por extender este modelo que enrasa las aceras con las calzadas

La calle Torrenueva, con la calzada en un nivel inferior y, al fondo, la calle Méndez Núñez, a cota cero.

La calle Torrenueva, con la calzada en un nivel inferior y, al fondo, la calle Méndez Núñez, a cota cero. / JAIME GALINDO

Iván Trigo

Iván Trigo

La extensión de la cota cero se convirtió en un momento dado del pasado mandato, cuando ZeC gobernaba, en un debate ideológico en el que no había medias tintas. O estabas a favor o en contra. Con el tiempo, los posicionamientos se han relajado y ahora todos los partidos parecen aceptar que este es el mejor modelo a la hora de reformar calles. Que las aceras y la calzada estén a la misma altura ayudan a pacificar el tráfico y permite ganar espacio para el peatón en detrimento de los carriles de circulación. El PP, en los últimos años, ha hecho de esta su fórmula predilecta, por lo que gane quien gane en el consistorio, lo más seguro es que en las obras que se leven a cabo en la siguiente legislatura se sigan enrasando calles.

El debate comenzó con ZeC en el Gobierno municipal, y es que hasta entonces, sí que se habían pacificado y peatonalizado calles, pero fue con la reforma de la calle Don Jaime I cuando la cota cero se convirtió en motivo de disputa en el salón de plenos tras las quejas de los comerciantes, que criticaron la ausencia de consulta y temían que la pacificación de esta céntrica vía, antiguo cardus maximus de la ciudad romana, acabara convirtiéndose en una peatonalización, un temido término al se le pierde el miedo con el tiempo, cuando sus ventajas se hacen notar.

El plan de ZeC se inició en Don Jaime I pero llegó también a Espoz y Mina y la calle Santa Isabel, entre otras pocas más dentro de un plan que incluía hasta 40 vías del casco histórico de la ciudad. Pero cuando llegaron PP y Cs paralizaron el plan para después elaborar el suyo propio. No estuvieron nunca en contra de la cota cero, han asegurado durante este mandato los de Jorge Azcón, sino contra arreglar solo la capa superficial de las calles.

El debate sobre las calles a cota cero se allana

El debate sobre las calles a cota cero se allana / iván Trigo

Así surgió la primera operación calles, anunciada en 2020 y ya ejecutada. Después se han prometido dos más que comenzarán a ejecutarse en pocos meses. Pero entre todas las vías en las que se ha intervenido, el balance a favor de la cota cero es claro.

Durante estos años el Gobierno de Azcón ha aplanado más de una decena de calles donde las aceras y la calzada ahora están al mismo nivel. Las que ya se han hecho a cota cero son Predicadores (que llevaba años clamando por una reforma); Osa Mayor, en Valdefierro; una parte de Reina Fabiola, en San José; otra parte de San Miguel, en el Centro; la calle Cuarte, en Torrero; la calle Ricla, en el distrito Centro; Ramón Celma, junto al Luis Buñuel; un pequeño tramo de Méndez Núñez; y el entorno de la plaza San Bruno.

Y ya están en obras o ya están proyectadas las calles Concepción Arenal y Pilar Lorengar; Manifestación, que ZeC ya intentó reformar para extender la cota cero pero no llegó a tiempo; Belchite, y la parte de la calle San Jorge rodea la plaza San Pedro Nolasco, que también será renovada.

Pero en todo este proceso de reconversión de calles y extensión de la cota cero también ha habido fiascos. Desde el área de Urbanismo que ha dirigido Víctor Serrano se intentó crear lo que se conoce como una supermanzana en todo el entorno del campus de San Francisco de la Universidad de Zaragoza.

El objetivo era eliminar barreras, rasantes y bordillos y que todo el entorno universitario y las calles colindantes se convirtieran en una única calle con prioridad peatonal.

Pero Vox se posicionó en contra y dado que PP y Cs han necesitado a los ultras para aprobar las cuentas año tras año el proyecto de la supermanzana se aparcó, por lo que la extensión de la cota cero podría topar en el siguiente mandato con un muro: los concejales de la formación que lidera Santiago Abascal, siempre temerosos de que se recorte espacio al coche privado y de que se recorten las plazas de aparcamiento, cuando esa es una de las ventajas de la cota cero, ganar espacio para el peatón.

En las calles en las que se ha implantado se han eliminado carriles, sí, pero a cambio de ganar espacio para el paseo, para los árboles y para los bancos y los espacios de recreo. Y también a cambio de más aire limpio.

El debate parece haberse aplanado y ya no suscita tantas opiniones en contra, por lo que la cota cero, gobierne quien gobierne, seguirá extendiéndose. La siguiente discusión será la de la peatonalización de algunas calles del Casco, y esa sí que levanta ampollas.