Los casos de covid-19 se han duplicado en el último mes en el noroeste de Siria, donde solo se han administrado unas 54.000 dosis de vacunas, en una población de más de cuatro millones de personas. Mientras que los países de todo el mundo se apresuran a conseguir suministros para su propia población, solo el 0,3% de las dosis administradas en todo el mundo han ido a parar a personas de países de bajos ingresos como Siria.

"Solo en mayo, el número de positivos en el noroeste de Siria aumentó hasta alcanzar los 1.558", informa Johan Mooij, director de respuesta de World Vision en este país. Desde que comenzó la pandemia, los casos confirmados han alcanzado los 23.862 en esta región siria, incluyendo 672 muertes, el 7% de ellas dentro de los campos de desplazados internos.

"El pueblo sirio, que ya ha estado expuesto a un trauma inimaginable, está esperando que los países occidentales sean solidarios y apoyen el mecanismo Covax para que los países con bajos ingresos tengan acceso a las vacunas", señala Mooij, "pero el segundo envío ya se ha retrasado debido a la incertidumbre de las negociaciones transfronterizas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas". De todos modos, el suministro prometido para el noroeste de Siria solo cubriría un máximo del 20% de la población.

Con más de 2,7 millones de desplazados internos viviendo en campamentos abarrotados y dependiendo de un sistema de salud ya muy presionado, World Vision pide que el despliegue necesario para llevar a cabo la vacunación en Siria debe ser prioritario para la comunidad internacional para evitar una catástrofe, especialmente porque los ataques indiscriminados siguen poniendo en peligro la vida de los niños.