La decisión de suspender los Pilares pero mantener los actos, también los más multitudinarios, ha generado cierto desconcierto entre los sectores que más suelen beneficiarse de las fiestas, como el hostelero y hotelero, que ayer instaron al Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza a que no generen «confusión entre la gente».

Desde la Asociación de Cafés y Bares optan por el silencio a la espera de que «aclaren» qué es lo que realmente se podrá hacer durante los días de no fiestas. Desde el sector hotelero admitieron que es un «paso que, aunque no se vayan a celebrar unas fiestas al uso, se vayan a realizar todos los actos posibles». Aún así, manifiestan la importancia de que se ofrezca más información para «para saber cómo se concretarán» para que «no se genere confusión entre los ciudadanos y futuros visitantes, ya que estamos viviendo un momento crítico».

Uno de los sectores que más caja hace en octubre es el de los floristas. Sus expectativas para este año no son buenas, aunque la cosa puede cambiar mucho dependiendo del aforo máximo que finalmente tenga la ofrenda. «Ahora mismo calculamos que podremos vender un 20% de lo que se vendía antes del covid para los Pilares», explica el presidente de la Asociación de Empresarios Floristas de Aragón, Rubén Cebollero.

La noticia de la suspensión de las fiestas pero no de los actos programados, de todas formas, ha venido a «resolver» parte de la incertidumbre que rodeaba al sector. «Sea como sea no va ser un año bueno, y ya van demasiados golpes», lamenta Cebollero, que anunció que, como ya hicieron el año pasado, harán un llamamiento a la ciudadanía para que decoren sus balcones con flores y, así, fomentar un poco más el consumo.

Lo mismo ocurre en aquellos establecimientos que se dedican a hacer trajes regionales. En la tienda Atavios están terminando de hacer los que se encargaron para los Pilares del año pasado. María José Cebrían celebra la decisión del ayuntamiento de mantener la ofrenda y hoy ha recibido las primeras llamadas con encargos nuevos.

Y en el comercio en general las expectativas tampoco son buenas, admite el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia, Ecos, Antonio Tornos. «Los negocios que más se benefician de las fiestas son los del centro de la ciudad, así como sectores como la hostelería y los trajes regionales. Si no hay fiestas y no viene gente perderán una parte importante de la campaña», explica.

En su opinión, en vez de suspender las fiestas (aunque vaya a haber programación), el Ejecutivo de Aragón debería optar por permitirlas y adoptar formatos seguros. «Hay que empezar a reactivar la economía. Son ya demasiados meses», señala.

Por otro lado, los peñistas, el alma de las fiestas del Pilar, se sienten «indignados» y un tanto «abandonados», al menos desde Interpeñas que este año tampoco tendrán un lugar donde reunirse pese a tener sus locales adaptados y poder controlar los aforos. Desde la Unión Peñista critican igualmente que a día de hoy no puedan celebrar ningún acto.