Cuando se cumplían exactamente cuatro meses de su histórico triunfo en el festival de Eurovisión, los integrantes de Kalush Orchestra quisieron trasladar la fiesta que vivieron en Estocolmo, el pasado mes de mayo, a las Fiestas del Pilar. Y los ucranianos lo consiguieron. A pesar de la temprana hora, el espacio a los pies del escenario de la Fuente de la Hispanidad de la plaza del Pilar se quedó pequeño para acoger a un público muy variopinto aunque muy joven y que en su totalidad superó el millar de espectadores en una actuación que sirvió como colofón para hacer una vez más palpable la hermandad que está viviendo estos días Zaragoza con el pueblo ucraniano.

Porque antes de que Kalush Orchestra tocará la primera canción en el ambiente se notaba que la actuación iba a traspasar lo musical. Decenas de banderas de Ucrania de todos los tamaños, ya fueran ondeando en el cielo de la capital aragonesa o a modo de capa o vestido en los cuerpos de los nativos del país del este de Europa, invadieron la plaza del Pilar en un acto de reivindicación, amor a su patria y, por supuesto, pidiendo el final de la guerra contra Rusia.

Aspecto de la plaza del Pilar durante el concierto de Kalush Orchestra JONATAN BERNAD

Antes de comenzar la actuación, la coordinadora de la asociación que está haciendo posible que toda la ayuda que los zaragozanos están prestando al pueblo ucraniano tuvo unas bonitas palabras acerca de la solidaridad de los habitantes de la ciudad y entonces sí, empezó a sonar la música. La puesta en escena que propone Kalush Orchestra es sencilla porque deja todo el protagonismo en manos de sus componentes. Ataviados con un vestuario realmente llamativo, con ropa tradicional ucraniana y algunos trajes chamánicos comenzaron su espectáculo, defendiendo su estilo de rap electrónico

La canción

Sus compatriotas tarareaban las canciones mientras el resto del público disfrutaba de la actuación aunque esperaba con ansias el momento en el que la banda tocara su mayor éxito. Porque como no podía ser de otra manera, muchos fans zaragozanos de Eurovisión no quisieron perderse la oportunidad de disfrutar de todos unos ganadores del festival en su ciudad. No se hicieron de rogar demasiado los ucranianos y cuando tan solo habían transcurrido diez minutos de concierto sonó su ‘Stefania’, la canción que les hizo tocar el cielo en el concurso continental. Dedicada a la madre del líder del grupo, el tema ha adquirido otro significado con el conflicto bélico y se ha convertido en Ucrania en todo un himno para las madres del país. Como también es ya un icono el gorro rosa del propio cantante, una prenda que estaba a la venta, con fines benéficos, en el mismo concierto y que poco a poco fue ocupando muchas cabezas de los presentes en la plaza del Pilar.

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No decayó el concierto a pesar de haber sonado ya la canción por la que muchos habían acudido a ver el espectáculo. Kalush Orchestra supo mantener con creces la atención de los presentes dando mucha guerra (de la buena). Con ritmos muy enérgicos y bailes desenfadados continuaron una actuación que finalizó con mucho más público del que empezó. En torno al escenario se fueron acumulando también muchos curiosos que habían ido a ver a la Virgen del Pilar, todavía repleta de flores, gracias al buen hacer y el buen rollo de los ganadores de Eurovisión, que acabaron convenciendo a la ciudad de Zaragoza de que su triunfo en el festival fue por algo más que por simples motivos solidarios.