El Periódico de Aragón

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Octavo de feria: Corrida de toros

Feria del Pilar: Ginés Marín puerta grande, pone las cosas en su sitio

A Cayetano no le basta con el populismo y el apellido mientras que Ángel Téllez, volteado por el tercero sin consecuencias, se difumina

Ginés Marín, autor del toreo más cabal de la feria, abandona el coso de La Misericordia en hombros. | JAVIER CEBOLLADA / EFE

En la penúltima de la feria del Pilar, Ginés Marín ha abierto la puerta grande de La Misericordia poniendo las cosas en su sitio.

Porque había mucho que ordenar y no solo dentro del ruedo. La corrida había pasado por momentos de gran tensión en la horas previas para sacar adelante un encierro de José Vázquez que finalmente se ha salvado remendándolo con un ejemplar de Juan Pedro Domecq.

Un día más, el conflicto se originaba en los corrales de esta plaza en la feria que la propia empresa ha publicitado como 'Zaragoza por el protagonista de la fiesta ¡EL TORO!'. Así, con mayúsculas y sin rubor.

Esa intrahistoria que generalmente no se conoce por el público, la del matinal mareo previo para echar adelante seis toros, ha sido una degollina diaria sobre un campo de batalla en el que las trincheras han ido haciéndose cada día más profundas.

Lo asevera el dicho taurino: ni al toro ni al hombre le levantes nunca la mano. De obra o de palabra, habría que abundar.

Pero, como al final siempre suenan clarines y timbales, con la peña ignorante o no de los tejemanejes preliminares, todos echan la pata 'p’alante'. Hasta que un día enfrentemos la Olivetti y se suspenda un festejo.

Ya con el toro en el ruedo, el personal se ha maravillado con la presencia de Cayetano. Seguramente porque quizá ni conocieran al resto de los actuantes.

Iban a ver a Cayetano. Vestido de rosa y oro, esa taleguilla holgada tan falta de ajuste y su chaquetilla grandota que no parecía de su talla. Como el becerrista que va de prestado.

El azar ha querido que le cupiera en suerte 'Panizal', un toro de apenas 470 kilos (el reglamento fija el peso mínimo en solo diez menos) que mismamente era una gamba, gran cabeza en cuerpo corto y estrecho.

Falto de Avecrem, flojeras de remos y apenas picado, pobrecillo, fue protestado pero por alguna razón se ha salvado del pañuelo verde llegando chochón a la muleta. Su embestida dulce y suavona era de de lío gordo pero Cayetano apenas ha aprovechado los viajes con el muletazo hecho que le regaló por el pitón derecho.

La estocada ejecutada con gran fe sin duda contribuyó a la petición que no fue atendida, justamente, por el palco.

Las miradas de Cayetano al presidente por la negativa han sido tan poco elegantes como casi amenazadoras. Tampoco se ha quedado atrás la actitud soberbia del banderillero Joselito Rus, caracterizado por pedir como un 'hooligan' los trofeos para su jefe tantas y tantas tardes.

En su segundo ha navegado a lomos de su apellido. Ya.

Ángel Téllez ha sido volteado sin consecuencias por el juanpedro tercero al que achicó terrenos para llegar a nada.

El sexto, rajado en tablas tras una espectacular pelea en varas (misterios de la casta) no le ha dado opciones pero tampoco se ha apreciado determinación en el madrileño. Pobre presentación en esta plaza.

En ese mar de vulgaridad quien ha marcado las distancias, abismales, ha sido un Ginés Marín sólido, con una gran técnica (eso no es un pecado, obsesos del arte, el pellizco y tal) y una claridad de ideas apabullante.

En su primero, apenas picado, ha comenzado la faena de rodillas ganándole terreno al toro hacia afuera antes de que el animal se rajara buscando tablas. Fin.

Cosa diferente en su segundo, al que ha tenido la virtud de administrar perfectamente después de desengañarlo y antes de leerle la cartilla.

Porque el toreo no solo es pegar muletazos sino que estos sean consecuencia del sometimiento y el poder de la voluntad del torero.

Aunque el toro cantara la gallina y acabara en rendido en tablas antes había sentido la obediencia y disciplina de la muleta.

La plaza, que como el náufrago hambriento rebusca hasta las últimas migajas para alimentarse, ha pedido las orejas con tal insistencia que el palco ha concedido así que fuera como cómputo global a una tarde afortunada.

Mientras, en corrales, dándole vueltas al ganado de la corrida de rejones para este domingo.

Final de rejones

Como ya viene siendo habitual, el último día de la feria se reserva para el imprescindible festejo de rejones. El cartel (17.30 horas) tiene el gran aliciente de la presencia de un Diego Ventura que cuenta sus actuaciones en este coso casi por puertas grandes. Completan la terna el rejoneador portugués Rui Fernandes y el aragonés de la comarca de Calatayud Mario Pérez Langa. Antes de poner fin a la feria, la tradicional mañana vaquillera dará paso a un encuentro de tauromaquias populares (11.30 horas) que incluye un desafío hispano-francés, damas del recorte, anillas, roscaderos, maestros de la calle y un reconocimiento a David Cortés.

TOROS DE

José Vázquez, con un remiendo de Juan Pedro Domecq (3º) y un sobrero (6º) de El Pilar.

CAYETANO

Vuelta tras petición y ovación.

GINÉS MARÍN

Vuelta tras petición y dos orejas.

ÁNGEL TÉLLEZ

Ovación tras aviso y silencio tras aviso.

ENTRADA

Casi tres cuartos.

Se desmonteraron Rafael Viotti tras parear al segundo y Juan Sierra en el tercero. Durante la lidia del quinto toro un espectador hubo de ser evacuado por la Cruz Roja tras aplicársele en el tendido el masaje cardiaco.

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