Vivienda, cuidados y autonomía para personas mayores

La vivienda colaborativa ofrece soluciones para rodearnos de cuidados y mantener nuestra autonomía en un hogar propio

Grupo de Vivienda Colaborativa "Las Crisálidas".

Grupo de Vivienda Colaborativa "Las Crisálidas". / Las Crisálidas

Grupo de Vivienda Reas Aragón

La vivienda cooperativa, colaborativa o cohousing, vive un dulce momento en el que se multiplican los grupos promotores, con edificios premiados y comunidades que presentan una ya dilatada convivencia. Ocurre también en Aragón, donde se han formalizado varias cooperativas en los últimos años y algunos de los proyectos ya han adquirido suelo o se encuentran a punto de hacerlo.

La vivienda colaborativa, recordemos, permite acceder a una vivienda, sacar suelo del mercado especulativo y construir comunidades sólidas a partir de un modelo de tenencia que se sitúa entre la compra y el alquiler. En su vertiente sénior, la que agrupa personas mayores de 60 años, se está convirtiendo en la gran alternativa para quienes se plantean cómo será la última etapa de su vida y buscan salidas fuera del modelo asistencial habitual.

Son muchas veces personas de entre 65 y 70 años las que empiezan a montar los grupos, de clase social media, con carreras profesionales consolidadas y cierto poder adquisitivo. Cada vez más, son personas que han vivido en más de un lugar, que se han divorciado, enviudado o están solteras, que tienen menos hijos y que estos ya no viven cerca. Aunque la cantidad de hombres está aumentando, la mayor parte son mujeres que quieren vivir con autonomía hasta la gran dependencia y formar parte de una comunidad de apoyo con la que compartir actividades sociales y vida en general. Desean disponer de los servicios necesarios para no depender de los hijos y evitar mientras sea posible el centro residencial. A la vez, saben que la pérdida de movilidad, la poca adaptación de los domicilios y la muerte de los allegados pueden hacer que envejecer en la casa de toda la vida se convierta en una "cárcel de oro".

El cohousing sénior no es tan solo una vivienda adaptada. En muchos casos, se proyecta con características de centros de convivencia, donde los residentes desarrollan actividades sociales y culturales a la vez que comparten distintos servicios. Los más comunes son los que tienen que ver con la limpieza y el mantenimiento, las compras y la cocina. Solucionar estos servicios de manera comunitaria se vive para muchas mujeres como una forma de emancipación de trabajos que, pese a tener una carrera profesional propia, han tenido que hacer igualmente.

La vivienda colaborativa y la fórmula de la cesión de uso se presenta como una alternativa a la familia como espacio primario de socialización y cuidados en la vejez, como una opción diferente a las residencias geriátricas y otros equipamientos para personas mayores. Las personas que forman parte de estos proyectos quieren gestionar su vida hasta el final y evitar situaciones de aislamiento y soledad.

Este modelo sénior de vivienda colaborativa será uno de los puntos fuertes de Convive Aragón, el foro sobre vivienda y cuidados que se celebra los días 12 y 13 de abril en el Centro Joaquín Roncal CAI de Zaragoza.