La segunda estación del AVE en el polígono Pla-Za de Zaragoza podrá empezar a construirse en cuanto el Gobierno central dé el visto bueno al proyecto que presentó el Ejecutivo autonómico. De momento, el equipo de Marcelino Iglesias ya ha presentado toda la documentación necesaria y espera ahora recibir la aprobación de Madrid, a la que seguirá la licitación de la obra.

La previsión es que en el segundo semestre de este año puedan comenzar los trabajos de construcción de la plataforma de las vías, una intervención que según explicaron desde el Ejecutivo autonómico no se prolongará más allá de dos o tres meses. Posteriormente, en una segunda fase, se iniciaría el levantamiento del edificio de la estación propiamente dicho. Esta intervención exigirá más tiempo. De hecho, hasta el 2010 no se prevé concluir los trabajos.

Se trata de un edificio modular que permitiría realizar posteriores ampliaciones. Inicialmente se pensó en una estación más ambiciosa, pera desde el Ministerio de Fomento y la Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) estimaron que el tamaño era excesivo y plantearon un equipamiento más limitado.

El coste total de esta nueva infraestructura asciende a unos 40 millones de euros, de los que 18 se encuentran ya comprometidos por el Gobierno central. Mientras que el proyecto inicial que se diseñó ascendía a 54. El recorte fue consecuencia de la decisión política anteriormente citada.

Esta segunda estación del AVE se ubicará en el entorno de Pla-Za, el aeropuerto y la Feria de Muestras de Zaragoza. La intención del Gobierno autonómico es que todos los trenes de alta velocidad Madrid-Barcelona se detengan en Zaragoza, bien sea en la estación de Delicias o en esta terminal. En el proyecto también se ha previsto compatibilizar el uso de trenes de alta velocidad con los del futuro cercanías norte-sur.

UN PROYECTO ATASCADO La idea de construir una segunda estación del AVE en Zaragoza surgió hace diez años. El exdecano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Aragón, Fausto Comenge, abrió el debate en 1998 como respuesta a la decisión de crear una circunvalación por el sur de la ciudad. El ingeniero creía que esta ronda traería consigo el riesgo de que muchos trenes de alta velocidad pasasen de largo con la excusa de que entrar en Zaragoza implica 20 minutos de tiempo para el recorrido general Madrid-Barcelona.

Este planteamiento fue ganando adeptos hasta que en 1999, con la entrada de PSOE y PAR en el Gobierno autonómico, se decidió impulsar oficialmente el proyecto de esta segunda estación. El Ejecutivo de Marcelino Iglesias aceptó pagar la obra y el proyecto acabó incluyéndose en el convenio del AVE firmado en el año 2002. Se calculó entonces que el coste eran 18 millones, que posteriormente se dispararon.