Hay que actuar con la mayor celeridad posible. Esta es la consigna dada por el Ministerio de Fomento para actuar en todos los tramos de la Ronda Norte para garantizar las condiciones de seguridad exigibles en una circunvalación por la que pasan decenas de miles de vehículos al día. Ha sido el caballo de batalla de los responsables de la gestión del tráfico desde que se anunció la paralización de forma indefinida de los trabajos de ampliación, que se hizo efectiva el pasado lunes, pero fuentes oficiales del ministerio aseguraron ayer que "hay un compromiso para mejorar la seguridad vial" tramo a tramo.

Desde Madrid se ha dado orden para que desde la Demarcación de Carreteras en Aragón se estudien y apliquen medidas de forma urgente, sobre todo en los tramos más conflictivos, como el más próximo al polígono de Malpica o la salida hacia Santa Isabel y la Ronda Este, donde los embotellamientos han sido frecuentes desde que se intervino en la zona, precisamente por la estrechez de la calzada, las restricciones de velocidad o los cambios de carriles habilitados. Aunque no se termine la obra, tratarán de facilitar una mayor anchura para facilitar el tránsito de vehículos, sobre todo los de gran tonelaje.

MÁS VIGILANCIA Esta era una de las exigencias del Ayuntamiento de Zaragoza, como ayer reiteró el vicealcalde Fernando Gimeno, quien manifestó que la mayor "preocupación" ahora es garantizar la seguridad de los usuarios de la ronda y aseguró que se está trabajando en ello, aunque desconoce cuándo y cómo se va a actuar para subsanar la situación. El ministerio solo garantiza que se hará "en cuanto sea posible".

Los problemas de seguridad de una Ronda Norte con las obras a medio ejecutar ya habían desatado las alarmas en los responsables de la gestión del tráfico. De hecho, según confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno, la Guardia Civil va a redoblar la vigilancia de la vía, a la que aplicará medidas similares a las de los TCA (Tramos de Concentración de Accidentes). "Habrá una vigilancia más sensible", señalaron las mismas fuentes.

Los tramos a medio hacer tendrán su primera jornada caliente mañana, primer día del principal fin de semana de éxodo vacacional, en el que la Ronda Norte de Zaragoza suele soportar el paso de decenas de miles de vehículos.

RIESGOS Los principales riesgos de los tramos a medio ejecutar de la Ronda Norte se concentran en la escasa anchura de los carriles, la falta de arcenes y el uso de los originales como calzada, según explicaron expertos en tráfico.

La legislación cifra en 3,5 metros la anchura mínima de los carriles de las autovías y en uno la de los arcenes. En algunas zonas, los carriles provisionales --los limitados por líneas de color amarillo-- no superan los 2,7 metros. Quedarán como definitivos mientras no se reanuden los trabajos, lo que, obviamente, supone un recorte de las prestaciones de una vía concebida como de alta capacidad y por la que diariamente circulan miles de camiones, cuya amplitud no suele bajar de 250 centímetros.

Las mismas fuentes indicaron que la falta de arcenes entraña el riesgo de que se produzcan largas retenciones en caso de que algún vehículo sufra una avería, ya que no podrá ser situado fuera de los carriles por los que transitan el resto de usuarios.

Paralelamente, apuntaron que el hecho de que el arcén original quede habilitado como una parte de los carriles provisionales provocará su deterioro, ya que deberá soportar un tráfico mucho más intenso del que puede asumir un pavimento de su clase.

Las mismas fuentes, por último, dudaron de que la ronda pueda asumir en sus actuales condiciones el aumento de tráfico del otoño y el de la temporada de esquí.

"Que las obras no finalicen después de haber sido iniciadas supone un grave peligro para la circulación. Para añadir un tercer carril se han reducido las dimensiones de los dos que existían", señalaron fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC, mayoritaria en el cuerpo).