Mari Luz Quintín afronta el Día de la Mujer en el paro y con la vista también puesta en el autoempleo. Con 50 años, a esta trabajadora de centros de jardinería --"como se le llama oficialmente", matiza-- se le torció su vida laboral en el 2011, tras haber pasado por la industria textil, por una empresa de automoción y, en la última década, por unos viveros.

Casada y madre de un hijo de 26 años que ya se gana la vida, no ceja en su empeño de encontrar un empleo. "Me pillas delante del ordenador, a punto de enviar un currículo", le dice al periodista una mujer que cuenta con los "estudios primarios" como formación y que ahora va matriculándose a distancia en "asignaturas sueltas de la ESO".

Mari Luz explica que hace diez años, ya estuvo "seis meses en el paro", circunstancia que aprovechó para formarse en el campo en el que ahora aspira a encontrar un trabajo. "Me apunté a un curso de viverismo y, a los tres días de estar haciendo prácticas, me contrataron", relata. Allí estuvo ocho años y medio, pero llegó la crisis y, con ella, el desempleo. En los últimos meses ha encadenado un par de contratos temporales en una floristería "por la campaña de San Valentín", mientras obtenía el "certificado de floristería" y aprendía escaparatismo.

Como se considera una persona "perfectamente válida para trabajar", Mari Luz también dice ser "optimista" de cara al futuro. Y eso que, denuncia, "en algunos sitios ni me admiten el currículo". A la espera de "empezar el lunes una nueva ronda", asiste al servicio de orientación para buscar empleo de CC OO. Tiene palabras de reconocimiento hacia su tutor y, antes de dar el paso del autoempleo, asegura que ha de informarse. "No puedo hacerlo a tontas y a locas".