Un 30% de las personas adultas que superaron un cáncer infantil desarrollan, con el paso del tiempo, algún tipo de secuela crónica grave. Algunas de ellas pueden ser de especial importancia como la aparición de nuevos tumores o el desarrollo de patologías cardíacas.

Así se desprende de un documento que manejan en la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón (Aspanoa) y que viene a reforzar la importancia de desarrollar el pasaporte del superviviente para evitar la aparición de efectos tardíos.

«Tener secuelas de un tipo o de otro depende de la quimioterapia, radioterapia, del cáncer que se superó y de la edad del niño en el momento de la enfermedad. En el caso de las secuelas cardíacas pueden ser consecuencia del tratamiento con antraciclinas, un tipo de quimioterapia. Aunque este tipo de secuelas no son frecuentes, pueden revestir gravedad, por eso hay que hacer especial hincapié en la detección precoz», explicó Laura Murillo. Ella, junto a Cristina Martínez, son pediatras con formación específica en Oncología Pediátrica, colaboran activamente con el hopital infantil Miguel Servet y son las encargadas de desarrollar el proyecto del pasaporte del superviviente en colaboración con Aspanoa.

INCIDENCIAS CARDIACAS // En el caso de consecuencias cardíacas, las estadísticas demuestran una incidencia que aumenta en el superviviente a partir de los 30 años. «El pasaporte presenta una serie de recomendaciones, basadas en unas guías de seguimiento clínico elaboradas por el Children’s Oncology Group.

Se recogen las dosis de quimio y radioterapia recibidas en su momento y, en función de todo ello, se propone hacer un seguimiento cardíaco para detectar precozmente esa patología crónica en el futuro», precisó Martínez.

Las secuelas en los supervivientes de cáncer infantil o en la adolescencia pueden afectar a casi cualquier órgano, dependiendo del tipo e intensidad del tratamiento recibido. Por ello es de vital importancia ofrecer a los pacientes esta información una vez que han superado la enfermedad, para poder prevenir y detectar a tiempo los posibles efectos secundarios que puedan aparecer.

«Se estima que hasta el 70% de los pacientes con cáncer en la infancia o en la adolescencia pueden tener algún tipo de secuela. En los últimos años se está intentando optimizar los tratamientos para disminuir esos efectos, con el objetivo de alcanzar el mayor porcentaje posible de curación con el mínimo de secuelas posible», explicó Murillo.

Por el momento, ya han entregado cerca de 100 pasaportes en Aragón, aunque se está elaborando la información de 400 pacientes. «Estamos ofreciendo la realización del pasaporte a todos los que se diagnosticaron en Aragón desde 1988. Los de hace más tiempo sí que podemos ver que recibieron tratamientos más intensos, porque no contaban con los avances de ahora»,

Para justificar este proyecto y la puesta en marcha del pasaporte, Murillo y Martínez han tenido que revisar mucha bibliografía, especialmente de Estados Unidos. «Allí llevan mucho tiempo con esta iniciativa, hay más de 200 clínicas afiliadas al proyecto del pasaporte del Children’s Oncology Group. En España, se podría decir que de momento todavía se está empezando», «Nos supone mucho trabajo, pero si se consigue detectar a tiempo un problema de salud con cualquier intervención, el esfuerzo habrá merecido la pena», aseguraron.