Un vecino de Zaragoza, F. M. S., acabó acumulando una deuda de 7.000 euros gota a gota... que quizá tenga que pagar otra persona. Alquiló un piso en el barrio de Las Fuentes en 1978 y desde aquella fecha hasta la actualidad, "no ha pagado ni un solo recibo por el consumo de agua", según señala el abogado zaragozano José María Viladés, que representó al perjudicado en un juicio por presunta estafa y falsedad recientemente celebrado en los Juzgados de la capital aragonesa.

El propietario del piso vivía en Alemania y no se enteró de la deuda acumulada por el inquilino, que es su cuñado, hasta que regresó a España. "El problema --indica Viladés-- es que todos los recibos del agua se extendían a nombre de mi cliente, dado que el inquilino no se había dado de alta, como es preceptivo".

El perjudicado tuvo conocimiento del pufo el día que decidió instalarse a vivir definitivamente en la capital aragonesa.

"Solicitó darse de alta para recibir agua y un funcionario municipal le respondió que no tendría un contrato para el suministro hasta que no pagara los 7.000 euros que adeudaba desde hace más de veinte años", señaló el letrado.

Imposible instalarse

Pero sus tribulaciones no terminaron ahí. El Ayuntamiento de Zaragoza ha embargado su cuenta corriente para cobrarse la deuda, al tiempo que envía continuas notificaciones para urgirle el pago.

"Ante esta situación --explica el abogado--, mi cliente ha decidido volverse a Alemania, pues la verdad es que, sin tener derecho a recibir agua en su domicilio, la vida se le hace imposible".

Los tribunales de Justicia, que han emitido el pasado mes una sentencia sobre el caso, han absuelto F. M. S. al considerar que no había quedado probado que tuviera intención de engañar cuando dio el nombre del propietario del piso para el cobro de los recibos del agua. Por otro lado, la sala tampoco le ha condenado por el delito de falsedad en documento que le imputaba la defensa, dado que el supuesto delito ya había prescrito.

En el acto del juicio oral, Viladés solicitó dos años de cárcel para el inquilino, quien arguyó que él no era responsable de la deuda. "Un funcionario municipal me dijo que no era necesario que hiciera un nuevo contrato del agua a mi nombre, que podía seguir a nombre del propietario", explicó F. M. S. ante el juez.