Aurelia Timoleon acabó por aceptar en el juzgado su participación en un intento de estafa cibernética con la técnica conocida como man in the middle, con la que pretendía embolsarse 31.000 euros de dos empresas zaragozanas. Inicialmente la Fiscalía pedía 10 meses por dos delitos, pero tras el pacto alcanzado con su letrado, Carlos Vela, acabó por considerarse un delito continuado y la pena se fijó en cuatro meses y 15 días de cárcel.

El caso se descubrió cuando el banco comunicó a las dos empresas zaragozanas, a lo largo de la mañana del 24 de febrero, que no disponían de efectivo en su cuenta para realizar las transferencias de 15.500 euros que habían solicitado por correo electrónico. Unos movimientos que en realidad no habían ordenado y cuya destinataria era la ahora condenada.

Ante la conformidad, no fue necesario que explicase su papel exacto en estos intentos de estafa. Porque la técnica, según tienen constatado los investigadores de Delitos Tecnológicos, suele requerir dos papeles diferenciados.

Por un lado, el hacker informático que consigue acceder a las cuentas de correo electrónico y claves bancarias de la empresa objetivo, y simula ser la compañía, como persona interpuesta (de ahí el nombre) para solicitar la transferencia. Y por otro está la mula, la que recibe el dinero en su cuenta, que para la Policía es consciente del delito, aunque los jueces no siempre lo consideran probado.