La aparición de nuevas grietas y desniveles en las aceras de la plaza Ortilla ha vuelto a despertar el malestar de los vecinos de los inmuebles cercanos. La causa se encuentra en la fuerza que ejercen las raíces de los chopos plantados en la década de los 80, cuando se urbanizó el sector, y que en los últimos años ha llegado incluso a dañar tuberías.

En noviembre del pasado año, el presidente de la Asociación de Vecinos San Andrés, Valentín Pamplona, instó a la concejalía de Parques y Jardines a tomar medidas contundentes para evitar que las raíces sigan rompiendo las baldosas. Exigían la tala de los árboles más problemáticos, como los situados en el entorno de los portales y junto a la entrada de los garaje.

Cuando se presentó esta denuncia, la concejalía de Parques y Jardines se comprometió a enviar a un técnico para evaluar los daños en la zona y determinar las soluciones a poner en práctica. Pese a que así fue, nunca se ha llegado a conocer el diagnóstico y tampoco se ha efectuado ninguna intervención.

La edil responsable de este área, la socialista Isabel López, aseguró que existe un expediente completo y que la próxima semana lo supervisará personalmente.

PROTESTA EN EL DISTRITO Valentín Pamplona volvió a plantear su denuncia la pasada semana en la celebración del pleno ordinario de la Junta Municipal de Actur-Rey Fernando. "Es que cada vez están más rotas las baldosas y aquí no viene nadie a arreglarlas. La única solución sería talar aquellos árboles que más daños causen y ya hay unos cuantos vecinos decididos a hacerlo por su cuenta si el ayuntamiento no toma medidas", dijo el presidente de la asociación San Andrés.

Pamplona recordó que se trata de un viejo problema, remontado a la década de los 80 cuando se urbanizó el sector. Los promotores optaron entonces por plantar chopos en vez de cualquier otra especie por su bajo coste y por su rápido crecimiento. No se pensó entonces que este último factor podría traer consecuencias negativas en el futuro para los residentes.

A la rotura de las baldosas de las aceras, se suman los daños causados en varias ocasiones a la red de tuberías de los edificios que rodean la plaza.

Aunque Pamplona admitió que últimamente no se han registrado casos, hace un año las raíces llegaron a introducirse en algunos conductos de fibrocemento que recorren el subsuelo. Los daños se percibieron notablemente en uno de los garajes privados de la plaza y fue preciso llamar a una empresa para desatascarla. Algunas de las facturas llegaron a superar los 200 euros que finalmente costeó el consistorio.