El consumo de alcohol se convirtió en el 2017 en la principal sustancia de consumo en el inicio de tratamiento en el Centro de Solidaridad de Zaragoza-Proyecto Hombre (CSZ-PH). De esta forma, esta sustancia desbanca a la cocaína, un hecho que encaja con el aumento progresivo de usuarios por el consumo alcohol que el centro ha constatado en los últimos años. La fundación ofreció ayer estos datos durante la presentación de su memoria anual del 2017, en la que su director, Jesús Sánchez, acompañado del director de la obra social de Ibercaja, Juan Carlos Sánchez, y la presidenta del comité ejecutivo del CSZ-PH, Pilar Aznar, informó de que a lo largo del año pasaron por los distintos programas que ofrece el centro 1.231 personas y se realizaron 1.825 atenciones, un 10% más que en el 2016.

De las 1.231 personas que recibieron atención, 273 lo hicieron por el consumo de alcohol, 250 por el de cocaína y 219 por el de cannabis. Que el alcohol se haya convertido en la principal sustancia de acceso a tratamiento es algo que ya barruntaban en la fundación desde hace tiempo, puesto que el crecimiento «venía apuntando muy fuerte en los últimos años» y este año «ya se ha constatado», explicó Sánchez.

Además, destacó que 61 de las personas atendidas fueron mujeres. Al respecto, subrayó que la patología alcohólica la viven «de una manera totalmente diferente» y precisó que el alcoholismo en la mujer «se vive con una culpabilidad enorme» por la «responsabilidad que tienen que desarrollar con sus familias». Se trata de un problema que normalmente sufren «en soledad» y que viene acompañado, en la mayoría de los casos, de «procesos depresivos muy intensos».

En cuanto a los jóvenes, el programa Tarabidan del centro atendió a 107 personas entre los 14 y los 28 años, de los que el 77% fueron varones y el 23% mujeres. Sánchez indicó que la mayoría de estas atenciones respondió al consumo de cannabis o derivados. Al respecto, resaltó que los jóvenes perciben con mayor riesgo el consumo de tabaco que el de cannabis, según apunta la encuesta Estudes del Plan Nacional sobre Drogas, lo que, a su juicio, es un «dato significativo».

Acerca de las estancias en la comunidad terapéutica de la fundación, informó de que el periodo medio de permanencia fue de siete meses. Sobre este régimen residencial, detalló que se ha incrementado el tiempo, sobre todo, porque los pacientes con patología alcohólica son los que más llegan desde las Unidades de Atención y Seguimiento de Adicciones (UASA) que hay en Aragón. Se trata de un recurso «muy válido para este tipo de pacientes», ya que «mejoran físicamente de una manera espectacular», apostilló.