Adiós a las barbas sin arreglar, a las raíces y al pelo largo. Peluquerías y salones de belleza ultiman los preparativos y las normas de reapertura. La situación de excepción que se está viviendo por la expansión del coronavirus y las medidas de confinamiento hicieron que los responsables de estos centros se vieran obligados a cerrar hace ya más de un mes y hasta este lunes, jornada en la que podrán volver a abrir sus puertas siempre y cuando trabajen con cita previa y adopten toda una serie de cambios y de medidas con las que mejorar la seguridad de los clientes y de los trabajadores.

Maricruz García, peluquera, valora cómo está afectando el estado de alarma a su sector: «Se han juntado los meses más fuertes sin entrar dinero, que junto con la época de Navidad son estos por la Semana Santa y antes de que las cancelasen por la celebración de las bodas y de las comuniones. Sin embargo, la sensación que tengo es que la gente ya tiene ganas de volver a la peluquería y de verse bien».

A partir del lunes será el momento en el que las peluquerías puedan volver a abrir. García explica cómo se estaba preparando para la reapertura: «Yo ya he preparado la peluquería para la vuelta, he desinfectado y limpiado todo bien, comprado cepillos y otros utensilios nuevos, y he hecho todo lo que nos han aconsejado en las sesiones formativas para tener el salón en las mejores condiciones posibles para mis clientes y para mí misma. Nosotros hemos estado con formación en este tiempo que parecía que se iba a abrir para que el salón tuviera todas las medidas de seguridad e higiene». En este sentido expone que «las sesiones de formación han estado sobre todo enfocadas en las medidas de seguridad que íbamos a tener que tomar para garantizar esa seguridad y que nuestras clientas se sintieran a gusto con el servicio que les estamos proporcionando. Todos y cada uno de nuestros clientes van a ser más exigentes que antes y vamos a adoptar todas las medidas para que se sientan seguros, no tengan miedo y salgan de aquí contentos».

La peluquera destaca cómo es el protocolo que va a seguir con las clientas que se acerquen en las próximas semanas a recibir un servicio en su establecimiento: «Cuando la clienta entre al salón de belleza tendrá que venir con guantes y mascarilla, y le limpiaré bien con el gel desinfectante aunque venga con guantes. Si viene con el bolso, con la chaqueta o con otras pertenencias es recomendable meter todo eso en un bolsa para que no toque por ningún sitio dentro del salón. A continuación será el momento para que la clienta pase a la zona del lavadero, y, una vez lavado su cabello y terminada esa parte del trabajo, ese espacio será desinfectado. Entonces la pasaremos al sillón del tocador donde se hará todo el servicio siguiente, y hasta que no se termine no se va a poder mover de ese sillón», asegura.

A ella, reconoce, apenas le han afectado las limitaciones de personal y de aforo, al no contar con empleados y estar en un salón «bastante grande». Así, Maricruz García hace una valoración sobre cómo estaban yendo las citas y reservas de aquí a las siguientes dos semanas y destaca el «respetuoso papel» de su clientela en estos momentos: «Tengo toda la semana con citas más o menos, unas cuatro señoras a lo largo de cada día. Sí que es verdad que hay gente que todavía se va a esperar a la semana que viene o la siguiente, porque tiene un poco de respeto por ver cómo van saliendo las cosas. De momento va a ser con cita previa y las clientes vendrán de una en una, porque recibir un servicio completo cuesta un poco de tiempo. Mi clientela entiende esta situación muy bien, respeta todo esto y me ha dicho que les atendiera cuando yo tuviera el hueco. Hasta ahora nadie me ha puesto ninguna pega», concluye.