Los laboratorios de los hospitales públicos en Aragón han reforzado sus plantillas con 66 profesionales desde que comenzó la pandemia. Según fuentes del Departamento de Sanidad, desde el pasado mes de marzo se han incorporado a los servicios de Microbiología de los distintos centros hospitalarios 57 técnicos de laboratorio, tres especialistas y seis administrativos.

La elevada carga de trabajo que ha traído la pandemia, también en este servicio, ha obligado a crear nuevos turnos de trabajo de tarde y de fin de semana, para poder ofrecer una respuesta ágil al aluvión de muestras que cada día llegan a los laboratorios. Desde el sindicato CSIF corroboraron asimismo que «se ha contratado al personal suficiente en relación con los equipos de análisis disponibles».

Uno de los centros hospitalarios en los que se ha reforzado el servicio es el San Jorge de Huesca, donde el equipo del servicio de Microbiología ha pasado contar con 10 técnicos de laboratorio, a tener 17. «El servicio de Microbiología está reforzado; la plantilla ha aumentado desde la pandemia del coronavirus. Habitualmente trabajábamos 10 técnicos, y ahora, 17», explicó el jefe del servicio de Microbiología del hospital San Jorge de Huesca, Luis Torres. «Los recursos los hemos destinado a reforzar el turno de mañana y crear el de tardes, con tres técnicos y un facultativo», resumió Torres.

Este fue uno de los primeros servicios que notaron el impacto de la segunda oleada de coronavirus en Aragón. Con los rebrotes en las comarcas orientales, y después en Huesca, vieron cómo el número de muestras a analizar se incrementaba día a día. «A principio de la epidemia hacíamos unas 100 diarias, ahora llegamos a las 400 PCR, pero en algún caso hemos alcanzado las 500 o 600 en un solo día», rememoró.

Estas elevadas cifras se corresponden con los rebrotes registrados a finales de junio. Algo que tampoco pilló por sorpresa a los profesionales sanitarios. «Cuando acabó el confinamiento, en el servicio de Microbiología sabíamos que quince días después tendríamos jaleo». Y recuerda el periodo de rebrotes en la Franja como «una temporada muy mala; el personal de laboratorio todavía estaba cansado de la primera fase, y llegó esto».

Sin embargo, asegura que se han podido organizar para tener vacaciones y que el refuerzo de turnos ha funcionado para poder dar salida a la demanda creciente de pruebas PCR. «No nos ha ido mal porque los refuerzos han ido llegando conforme el volumen de trabajo se incrementaba, pero el ritmo de trabajo es muy alto», aseguró.

NUEVOS EQUIPAMIENTOS

El incremento de recursos humanos se ha adaptado asimismo a la adquisición de nuevos equipos que realizan el análisis de las muestras. De hecho, en el hospital San Jorge de Huesca la llegada de estos equipos ha obligado a efectuar unas pequeñas obras.

«Hemos tenido que ampliar la zona de máxima seguridad del laboratorio, que habitualmente se utilizaba para análisis de tuberculosis, pero el espacio es el que es y terminamos haciendo un juego de malabares», reflexionó Torres. Con las pequeñas obras han podido dar cabida a los tres nuevos equipos adquiridos, uno para analizar 94 pruebas, uno para hacer 14 y otro para hacer 6. Antes de la pandemia, el laboratorio del San Jorge solo contaba con una máquina de estas características.

Uno de los equipos del San Jorge con los que se efectúan las pruebas.

EL ANÁLISIS DE MUESTRAS

El responsable del servicio de Microbiología explicó el proceso de análisis de las pruebas PCR, que desde hace seis meses se han convertido en una de las claves para frenar la epidemia. El jefe de Microbiología del San Jorge explicó que para hacer una PCR, primero se extrae el material genético de la muestra con el equipo extractor. Una vez extraído, dijo Torres, «pasa por los termocicladores que multiplican miles de veces el material genético a través de la subida y bajada de la temperatura, para que sea detectable».

Después de ese proceso, el equipo arroja el resultado técnico de la prueba, que después debe ser valorado y validado por el personal del laboratorio. «El equipo nos da un resultado, y nosotros tenemos que validar que la prueba se ha realizado de manera correcta. Si no, repetimos el test o pedimos incluso la repetición de la muestra de paciente», explicó Torres. «Hay varios filtros de calidad y seguridad en cada prueba porque es muy importante que el resultado que ofrecemos sea correcto», añadió.

En aproximadamente 24 horas, aseguró, tienen el resultado de la prueba. «Después es el médico quien se encarga de volver a validar y comunicar el resultado al paciente», manifestó. Ahora, cuando parece que la curva de contagios en Aragón sigue descendiendo, en los laboratorios de los hospitales ya tienen la vista puesta en el otoño. «Nos preocupa la llegada de la gripe sumada al coronavirus, pero tenemos previsto refuerzo personal, de material y de reactivos para todo lo que pueda venir», aseguró. «Nos prepararemos para lo peor, por si acaso». Después de meses de arduo trabajo, el compromiso con la salud sigue siendo lo más importante.

MÁS DE 250.000 PCR EN ARAGÓN

Según la dirección general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, en la comunidad se han efectuado más de 252.000 pruebas PCR desde que comenzó la pandemia, si bien, la mayor parte de ellas se ha hecho en la segunda oleada. En marzo y abril, se efectuaban 5.000 PCR cada semana. En mayo y junio la cifra subió hasta las 7.500 PCR por semana de media. Y desde mediados de julio incrementó exponencialmente de los 14.000 a los 26.000 PCR analizados en la primera semana de agosto. La última semana del pasado mes se hicieron 18.000 PCR.