La pasada semana la asociación de vecinos de Valdespartera pidió colaboración ciudadana para no desaparecer. En la junta directiva eran solo cinco personas, según relata Adolfo Lahoz, presidente de la organización, lo que les impedía realizar todas las labores que querían llevar a cabo. Hoy, después de la asamblea que celebraron el domingo, ya son ocho personas en la dirección, y con la posibilidad de que se incorpore una nueva.

“Esto nos permite abarcar mucho más”, cuenta Lahoz. Esta asociación, además de canalizar las quejas de los vecinos e impulsar las reivindicaciones sociales, se encarga también de gestionar un centro vecinal en el que realizan diferentes actividades. “La carga de trabajo era mucha y no podíamos hacerlo solo cinco personas”, añade.

El problema al que se ha enfrentado esta asociación de vecinos no es propio de ellos ni son los únicos que lo sufren. Y es que el nivel de participación ciudadana en asuntos de barrio ha disminuido mucho en los últimos años. “Que el relevo generacional de este tipo de asociaciones es complicado es un hecho consumado”, asegura Lahoz, en referencia a la falta de implicación por parte de los jóvenes.

Las organizaciones de vecinos de los barrios más antiguos de Zaragoza nacieron en los años 60 para hacer frente a todas las carencias que sufrían entonces los zaragozanos. Aceras sin pavimentar, centros de salud que nunca llegaban o líneas de autobús inexistentes eran entonces sus motivos de lucha, pero hoy las demandas son otras. Y las personas también. Ahora, los que en su momento encabezaron las protestas por unos barrios dignos, se han quedado sin relevo, lo que pone en peligro que las peticiones de los vecinos lleguen a los representantes políticos, que son quienes pueden ponerles solución a los problemas. “Sé que hay más de una asociación en la que no están más de cuatro en la junta directiva, y eso es problemático”, asume Adolfo Lahoz.

La Asociación de Vecinos Los Montes de Valdespartera nació en el año 2006 cuando el proyecto del parque que se iba a construir en el barrio se cambió por la implantación del recinto ferial. Esa fue su primera reivindicación, y hoy pelean por que aumenten las frecuencias de la línea 56; la construcción de un centro deportivo municipal en la zona; y el arreglo de un cuadro eléctrico que no funciona y en el que se invirtieron 25.000 euros en su momento, entre otras cosas.

Gracias a la incorporación de tres nuevas personas en la junta directiva podrán seguir organizándose para luchar por sus intereses, pero sigue faltando gente joven. Para ello, Lahoz explica que han creado una comisión de juventud en la asociación para tratar de enganchar a los vecinos con menos edad, que en el caso de Valdespartera son muchos al tratarse de un barrio de nueva creación. “Si la gente joven ve que sus reivindicaciones llegan a hacerse realidad empezarán a implicarse más”, dice Lahoz, que explica que se han puesto en contacto con la Casa de la Juventud para buscar personas que puedan encargarse de este recién creado organismo.