El Ayuntamiento de Zaragoza derribará de forma subsidiaria lo poco que queda del edificio que se encuentra justo enfrente de la sala Oasis, en un estado ruinoso y sin visos de que su propiedad, de titularidad privada, tenga intención de cumplir con lo que fueron sus intenciones en su día, construir vivienda nueva. El consistorio ha tomado la decisión de intervenir para acabar con la sensación de degradación que provoca mantener en pie una infraestructura completamente degradada que solo acumula suciedad.

Esta intervención garantizaría el esponjamiento de esta zona comprendida entre las calles Conde Aranda, Miguel de Ara y Ramón y Cajal, así como la obtención de un nuevo espacio libre destinado a la construcción de una plaza y de 60 viviendas, revitalizando este céntrico punto de la ciudad.

El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, explicó que hace dos meses que se remitió al servicio de Inspección un oficio pidiendo que se acometiera la demolición de esta construcción, «en estado lamentable».

Aunque no pudo concretar una fecha, sí indicó que está previsto que se lleve a cabo en el primer trimestre del 2020 y, una vez que se acometan los trabajos, se pasará la correspondiente factura a sus propietarios. Una vez eliminados los escombros en el interior de la parcela solo faltará que la propiedad se decida a construir el nuevo edificio que contempla el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), en una manzana que cuenta con una superficie total de 5.262 metros cuadrados y donde se incluyen usos residenciales, para un edificio con una capacidad de 50 o 60 pisos de obra nueva y libres, además de una plaza de uso público de unos 410 metros cuadrados.

FUTURO EN EL AIRE

El plan especial aprobado el 26 de julio del 2007 y el proyecto de reparcelación aprobado el 10 de febrero del 2017 incluían el ensanchamiento de las calles Miguel de Ara y Ramón y Cajal, además de la formación de una plaza. Las obras de urbanización las ejecutó el área de Infraestructuras poco antes de que se celebrase la Expo del 2008 en Zaragoza.

Su futuro está completamente en el aire. Serrano manifestó su esperanza en que la propiedad acometa la edificación.

Vox puso sobre la mesa la posibilidad de expropiar el suelo para que sea el ayuntamiento el que asuma la urbanización total de esta plaza, escaparate de Conde Aranda y ubicada junto al colegio Escolapios. Serrano precisó que no tiene previsto realizar expropiación alguna porque, además de que se trata de un proceso muy largo, la situación de las arcas municipales limita mucho la inversión.

Esto no significa que deseche esta posibilidad porque admitió que, una vez que se lleve a cabo la demolición, habrá que valorar todas las alternativas si la propiedad decide no invertir. Entre las opciones sobrevoló también la idea de la permuta. Todo, dijo, para evitar la degradación.