Los balnearios de Aragón lanzaron este miércoles un SOS ante por las instituciones aragonesas por la delicada situación que atraviesa el sector. Los efectos del covid-19 en el negocio termal están siendo letales y solo cuatro de los diez establecimientos que existen en la comunidad (Panticosa, La Virgen, Paracuellos de Jiloca y Alhama de Aragón) están abiertos, lo que deja a más de 500 empleados afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). La crisis ha provocado, además, que la ocupación haya descendido de forma muy notable tras pasar del 90% de actividad de media en los últimos tres años (entre el 2017 y el 2019) a apenas llegar al 30% este ejercicio.

«Tenemos que analizar cómo vamos a cerrar el año, pero será malo», subraya el presidente de la Asociación de Balnearios de Aragón y propietario de Vilas del Turbón, José Franch, que recalca que la temporada está «prácticamente terminada», ya que a partir de las semana que viene la ya escasa afluencia de visitantes bajará. A día de hoy, los cuatro establecimientos que están abiertos --lo hicieron en la primera quincena de julio-- están entre el 50 y el 60% de ocupación.

Además, Franch da por seguro que en este 2020 no se pondrá en marcha el programa de termalismo que impulsa todos los años el Gobierno. «Nuestros clientes son generalmente personas mayores y jubilados, es decir, población en riesgo como consecuencia de la pandemia, por lo que estamos trabajando ya de cara al 2021», dijo el presidente de la asociación.

La preocupación y las inquietudes del sector fueron trasladadas al presidente del Gobierno de Aragon, Javier Lambán, que este miércoles visitó el Monasterio de Piedra, acompañado por el máximo responsable de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Juan Antonio Sánchez Quero, y por el presidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada. Los tres mostraron su apoyo al sector y anunciaron que trabajarán en un plan de apoyo para subvencionar el 20% de la estancia de los clientes, con un techo presupuestario todavía por determinar.

El sector considera que la iniciativa es necesaria para la temporada baja de febrero o marzo del año próximo a fin de que las repercusiones no sean «muy graves».

1.200 EMPLEOS EN VILO

Según los últimos datos disponibles ofrecidos por la asociación, el negocio genera más de 1.200 puestos de trabajo directos: unos 870 empleos fijos, alrededor de 420 eventuales y una treintena de subcontrataciones. En global, la ocupación supera el 90%, con una apertura media de 311 días, que empieza con el programa de termalismo, que el próximo año está en el aire.

Ahora la incógnita es saber si los balnearios que ya están abiertos seguirán o bajarán echarán el cerrojo. «Ya veremos, la situación es muy incierta», dice Franch. De ello y de la evolución de la crisis sanitaria dependerá el futuro de los más de mil puestos de trabajos de zonas rurales.

Los balnearios están contemplados como alojamientos hosteleros, para los que en global el Gobierno de Aragón, a través del departamento de Industria ha destinado 6 millones a pymes y autónomos cuyas actividades estén vinculadas con el sector del turismo en Aragón.