El cadáver del bebé de ocho meses que falleció en el trágico atropello de la avenida Goya continuaba ayer por la tarde en el Instituto de Medicina Legal de Zaragoza a la espera de que se decida finalmente si se le entierra en Aragón o si, por el contrario, es repatriado a Rumanía. Fuentes del centro mostraron su desconocimiento acerca de qué se hará con el cuerpo.

Desde que tuvo lugar el siniestro, los servicios sociales de la DGA se pusieron en contacto con la madre del pequeño para ofrecerle una intérprete y asistencia psicológica. Además, el Gobierno de Aragón contactó con el consistorio zaragozano para proporcionarle alojamiento y manutención. Hoy, la Asociación de Rumanos de Aragón mantendrá una reunión en la capital aragonesa en la que se tratará la situación de esta familia.