Miles de litros de cloruro sódico se han derramado en el río Aspe, en la vertiente francesa del Somport, tras la caída a un barranco, el lunes pasado, de un camión cisterna español cargado con ese producto químico. El chófer del vehículo, un vecino de Jaca de 45 años, perdió la vida en el accidente, que provocó el cierre del túnel internacional y el desvío del tráfico por otras carreteras transfronterizas.

Se cree que la mitad de la carga que transportaba, 12.000 litros en total, ha ido a parar al agua, por lo que las autoridades francesas han tomado medidas extraordinarias para evitar la propagación de la sustancia, que es altamente contaminante.

Con todo, los medios periodísticos galos informaron ayer de que se veían «muchos peces» muertos en el cauce, por lo que el daño al medio natural es ya un hecho. El camión, que ayer los equipos de emergencia franceses se afanaban en extraer del fondo del barranco, había salido de Sabiñánigo a mediodía del 27 de agosto y se dirigía a Alemania. Iba totalmente cargado, según informó el diario La République des Pyrénées.

A lo largo del día de ayer, se informó de que el tráfico por el túnel de Somport podría abrirse a medianoche, pero todo dependía de los equipos especiales destinados al lugar del siniestro, que concentraron sus esfuerzos en extraer el líquido que se hallaba en la cisterna, otros 12.000 litros, según los cálculos de los expertos.

BÚSQUEDA DE TESTIGOS /A continuación se emplearon dos grúas para izar el tráiler. Esta operación obligó a impedir el paso de vehículos, dado que las grúas se montaron en la misma carretera, la RN 134, que conduce a Oloron y Pau.

Por otro lado, la Gendarmería inició ayer una búsqueda de testigos del accidente, al tiempo que la Fiscalía abrió una doble investigación, una por el accidente y otra por el vertido del cloruro sódico.

Por otro lado, la asociación profesional de camioneros Tradime se pronunció ayer sobre el siniestro. «Ese tramo de carretera es tercermundista», afirmó su presidente, Santiago López-Montenegro. «Y lo peor es que en Francia no se tiene previsto actuar para mejorarlo, pese a que el tráfico de vehículos pesados va en aumento por el Somport», añadió.

De hecho, la carretera entre Pau y la frontera española se ha convertido en un auténtico cuello de botella en donde las últimas intervenciones han sido para limitar la velocidad en el tramo entre Oloron y la capital del departamento, dada su elevada peligrosidad.