El Ayuntamiento de Teruel, a través de la empresa contratada por el servicio de Medio Ambiente, ha retirado más de 3.300 palomas en dos meses. Concretamente, en los meses de noviembre y diciembre de 2013 se han capturado 3.328 palomas en las 10 jaulas que se colocaron en distintos lugares del municipio a tal efecto.

El control de la población de palomas en Teruel se realiza periódicamente con el fin de evitar en la medida de lo posible la proliferación de estos animales y la consiguiente suciedad y molestias que generan a los vecinos, siendo una de las actuaciones que forman parte del plan de embellecimiento de la ciudad. Los nidos y los excrementos de estas aves suponen un grave transtorno en los edificios. La situación es aún más preocupante en una ciudad tan monumental y con inmuebles de tanta riqueza histórica y patrimonial.

El consistorio decidió adoptar esta iniciativa ante la proliferación de estas aves y los riesgos que entraña la superpoblación. De hecho, las palomas constituyen además un problema sanitario, al margen de su negativo impacto estético debido a los excrementos en determinadas partes de la ciudad.

Además, numerosas asociaciones de vecinos habían optado por la instalación de sistemas que repelen a las palomas para evitar daños en los tejados, azoteas y fachadas de los inmuebles. Sin embargo esta acción individual de los particulares se ve reforzada por la política del ayuntamiento, que ha decidido tomar cartas en el asunto mediante la captura de parte de las palomas con el fin de reducir de forma sensible el número de estos pájaros en las calles de la ciudad.

Por este motivo, la colaboración entre comunidades de vecinos y consistorio es fundamental. No en vano, las jaulas se instalan en azoteas de edificios muy frecuentados por las aves. Se espera que con estas medidas, pasado un tiempo prudencial, se registre un descenso significativo en las afecciones atribuidas a las palomas. Se trata, en el fondo, de conseguir una ciudad más limpia y de disminuir la presión que el número excesivo de palomas genera sobre los parques, las zonas residenciales y los monumentos del casco antiguo y del centro y los distintos barrios de la capital turolense.

En otras ciudades, como es el caso de Zaragoza, además de estas jaulas se emplean otras medidas, como el uso de aves rapaces que atacan a estos animales.