El derribo selectivo de la casa azul comenzó finalmente ayer, seis meses después de que el pasado 10 de noviembre la estructura del inmueble se viera irrevocablemente dañada por la aparición de una sima bajo sus cimientos. Una máquina de gran tonelaje con un potente brazo articulado será la encargada durante las próximas semanas de demoler los pisos de este edificio de 52 viviendas y media docena de locales comerciales.

Los propietarios del inmueble sintieron ayer una mezcla de satisfacción y coraje al ver cómo sus viviendas eran reducidas a escombros. "Por una parte tenía ya ganas de que llegara este momento, pero por otra es muy duro ver cómo el hogar donde uno ha pasado tantos momentos es destruido y te quedas sin nada", explicaba ayer uno de los vecinos.

La sorpresa para la mayoría de ellos era observar la "celeridad" y "aparente sencillez" con la que las pinzas de la gran máquina arrancaba los muros de sus viviendas. "Es increíble, parece que los muros fueran de cartón, a ese ritmo la habrán derribado en un par de semanas", aseguraba perplejo uno de los vecinos.

Asimismo, también llamó la atención del númeroso público que se acercó a la calle Justo Navarro para contemplar el derribo la "agilidad" del enorme brazo mecánico, que "como si se tratara de un dinosaurio mordía los muros y los dejaba caer sobre el suelo", tal como relato un espectador.

Durante el día de ayer comenzó sólo la demolición de la parte izquierda del inmueble --que es la que se encuentra colindante a otro edificio de la calle no afectado--, de arriba a abajo, y no de forma horizontal cómo se había previsto en el primer borrador del proyecto del derribo. La celeridad fue tal, que a última hora de la tarde los trabajos habían llegado a las plantas más bajas.

Hasta que no finalice el derribo no se conocerá el coste final de éste, aunque los técnicos calculan que pueda rondar los 600.000 euros. Sin embargo, los propietarios empiezan a pensar también ya en el precio que les supondrá su nueva vivienda en el caso de que resulte posible volver a edificar sobre el solar.

El arquitecto encargado del proyecto, Antonio Cebrián, explicó que la construcción del nuevo edificio, que contará con una planta más que el actual --seis en lugar de cinco-- puede tener un coste aproximado, sin contar las actuaciones previas, de 900 euros el metro cuadrado, es decir unos 78.000 euros de media por piso --alrededor de 13 millones de las antiguas pesetas--, menos de la mitad de lo que podría costar en el mercado. Ello se debe a que los vecinos son propietarios del solar, algo que abarata sensiblemente el coste.

ESTUDIOS POSTERIORES Sin embargo, Antonio Cebrián reconoció que también existe la posibilidad de que los estudios posteriores a la demolición hicieran aconsejable utilizar un pilotaje superior al esperado, lo que agravaría el coste final de cada piso e incluso --en una situación extrema-- que hicieran inviable la nueva edificación.

En cuanto a las fechas en que podría comenzar la nueva construcción, el arquitecto explicó que si los estudios geotécnicos son favorables es posible que comenzaran durante el mes de septiembre. Está previsto que el derribo concluya a finales de julio, plazo dado por el ayuntamiento para que la zona quede totalmente despejada y puedan realizarse con normalidad los preparativos para la celebración de las fiestas de San Roque en agosto.