La comisión especial de deudas que había solicitado Ciudadanos para investigar y dilucidar cómo actuar respecto a las cantidades que permanecen impagadas entre la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza finalizaba ayer y lo hizo sin alcanzar conclusión alguna, con polémica y cruce de acusaciones. En lo único que se pusieron de acuerdo todos es en el «triste», «lamentable», «paupérrimo» resultado.

Solo dos partidos llevaron los deberes hechos con conclusiones presentadas para votar, Cs y el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC), que acusaron a la «vieja política» del «bloqueo» a alcanzar un dictamen, según Sara Fernández, portavoz de la formación naranja, por las «injerencias de los partidos de la DGA y del PP». Los conservadores llevaron «ideas» ayer mismo, a las 7.30 horas y fuera de plazo, pero luego no quisieron que se votara nada. También lo rechazó el PSOE que, como CHA, ni siquiera aportó valoración alguna.

El socialista Javier Trívez defendió que acababa así, «sin alma y sin pena ni gloria», porque «ya nació sin vida». Porque las deudas deben solucionarse «desde la lealtad» y negociando, por lo que culpó a la «incapacidad» de ZeC.

Este, además, como también apuntaron María Navarro, del PP, y Carmelo Asensio, de CHA, dinamitó el acuerdo sobre la principal deuda de la DGA, los 39 millones del tranvía, al acudir a los tribunales «sin consultar». Mientras, la conservadora incidió en las «relaciones enquistadas» con el Gobierno aragonés.

Fernando Rivarés replicó que el recurso del tranvía se presentó «porque expiraba el plazo para hacerlo», y no iba a hacer como el PSOE con los aprovechamientos de Plaza y el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR).