La operación Hispania de la Policía Nacional, que acabó con el decomiso de 32 kilos de pasta base de cocaína y casi 2.400 litros de químicos (que podrían haberse convertido en 122 kilos de droga en el mercado) se ha saldado con cuatro condenados, a penas de entre siete y dos años de prisión, de los siete juzgados, y multas que superan los 1,8 millones de euros.

Esta cantidad es la que deberá pagar, salvo que un recurso lo remedie, el principal condenado, David Guillermo Naranjo Vásquez, al que los magistrados le imponen siete años y medio de prisión. Según consideran, fue él, siguiendo órdenes de un tal Vito (que no ha podido ser identificado), quien guió lo que iba a ser la resurección del desarticulado clan de narcos colombianos de Los Zapata.

Para ello Naranjo, que tenía dos viviendas alquiladas en Zaragoza pero vivía en Salou, contactó con un socio en la capital aragonesa, el también condenado Wilton Gerley Marín Oliveros (cinco años de cárcel y 24.135 euros de multa), que vendía droga en su casa. Entre otros a Carlos Aliaga González (dos años y siete meses de prisión), quien trabajaba en una tintorería. Por ello pudo proveer, sin despertar sospechas, los químicos necesarios para tratar la pasta de cocaína, que llegaba, «posiblmente de Colombia», oculta en sofás.

La banda (no grupo criminal, ya que no les condenan por ello al ser un único delito) se hizo con estas sustancias y fabricó una prensa con la que iba a establecer un laboratorio. Colaboraba con ellos Gildardo de Jesús Mora Gómez, quien también se dedicaba a hacer transportes de droga con un coche caleteado (con escondrijos practicados para ocultar la cocaína) y en cuya casa se guardaba la prensa. Él ha sido condenado a cuatro años de cárcel y 64.512 de multa.

Los otros tres acusados, familiares o conocidos del resto, han sido absueltos al no ver los magistrados plenamente probada su relación con la trama.