El Ayuntamiento de Villanueva de Sijena ordenó ayer la retirada de las caravanas que la Orden de las Hemanas de Belén instaló a finales del año pasado en los alrededores del monasterio de Sijena. El pleno aprobó un resolución que deniega a las monjas la licencia de obras para instalar el campamento sobre ruedas, al tiempo que acordó obligar a las religiosas a devolver unos terrenos que el consistorio cedió a la orden hace cinco años, según explicó el alcalde Alfonso Salillas (PAR), cuyo partido cuenta con mayoría absoluta en el municipio.

Este es sólo un nuevo episodio dentro de la polémica que envuelve las relaciones entre el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena y las Hermanas de Belén, actuales arrendatarias del cenobio, un monumento declarado Bien de Interés Cultural desde los años 20.

Según el alcalde, en noviembre del 2003 las monjas instalaron más de una veintena de caravanas en los alrededores del edificio protegido sin contar con la preceptiva autorización del consistorio. Ayer, el pleno del ayuntamiento decidió denegar dicho permiso, lo que deja al campamento en una situación de "ilegalidad". Esta decisión se adopta tras estudiar los diversos informes técnicos que el consistorio encargó para tener la seguridad de que la actuación de las monjas no cumple la ley.

Ahora, y según explicó Salillas, será "el abogado urbanístico del consistorio quien determine los métodos legales para obligar a las monjas a que lo desmantelen".

COMPRA DE TERRENOS Por otra parte, el pleno también aprobó una resolución que obliga a las hermanas a devolver unos terrenos que el consistorio les cedió hace años. "En 1998 nosotros cedimos a las hermanas unos terrenos de unas tres hectáreas porque decían que las visitas de turistas les molestaban y necesitaban más espacio", señaló el alcalde. Sin embargo, cinco años después de aquella cesión la orden no ha construido en esos terrenos y, según el primer edil, la ley da la posibilidad al ayuntamiento de pedir la "reversión" de los mismos.

"Además --apostilló Alfonso Salillas--, en la época en que les cedimos los terrenos nos pensábamos que las hermanas eran muy pobres y ahora nos sentimos engañados porque ese mismo año compraron 220.000 metros de terreno a unos precios desorbitados".

Sin embargo, estas dos decisiones municipales no parecen acabar definitivamente la polémica entre el consistorio y la Orden de Belén y en la que también ha entrado a mediar la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón.