La presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, centró una gran parte del dircurso del Debate del estado de la comunidad del 2013. No se refirió a ningún caso aragonés, sino, sin nombrarlo al extesorero de su partido, Luis Bárcenas. El caso estaba entonces en su apogeo y los ciudadanos exigían gestos. Transcurrido un año, sin embargo, Plaza ha cobrado protagonismo y se ha situado en el centro de todas las miradas.

Tanto que se ha constituido una comisión de investigación en las Cortes y a lo largo del último año se han ido desgranando los escándalos vinculados a la gestión del exgerente de la sociedad pública, Ricardo García Becerril. El caso se encuentra judicializado en casi todas sus facetas, y el daño a la plataforma parece ya irreparable.

Las declaraciones de Rudi han sido siempre especialmente contundentes contra la corrupción. El pasado lunes llamó a su partido a reflexionar sobre el daño que la corrupción está haciendo en el PP. En Aragón las consecuencias del caso Bárcenas no han llegado, pero Plaza podría terminar con un consejero, el de Economía, Francisco Bono, imputado. Todo un revés para el Ejecutivo autonómico, que ha tenido una actuación de guante blanco en todo lo concerniente con la plataforma logística.

RESPIRO AL PP Pero la presunta corrupción en Plaza ha centrado el año en Aragón. Lo que ha dado cierto respiro al PP y la presidenta Rudi. Sobre todo porque todas las sombras que afectan a la plataforma y a su funcionamiento durante los gloriosos años previos a la crisis afecta sobre todo al PSOE, que es el partido que impulsó el proyecto y quien lo capitaneó hasta hace bien poco.

La comisión de investigación, promovida con la boca pequeña por el PSOE, de la mano de IU y CHA, tendrá que dilucidar si hubo responsabilidades políticas. Es decir, si los controles que se deberían haber ejercido desde el Ejecutivo autonómico funcionaron o no.

Plaza ha centrado la corrupción en el último año en la comunidad autónoma. Aunque la complejidad técnica del caso hace el que este asunto sea poco accesible para la ciudadanía, que se pierde en la maraña. Los desmanes en la CAI también han tenido su protagonismo, pero el caso de la plataforma, por sus implicaciones políticas ha tenido una trascendencia que seguramente Rudi no dejará pasar en su discurso de este año, sobre todo porque afecta directamente a su principal rival, el PSOE.