Las diferentes administraciones realizan en las cuencas hidrográficas del país estudios sobre el coste real de la gestión del agua, para conocer la diferencia entre el gasto por las actuaciones para suministrar el recurso y el precio que el usuario paga por él.

Así lo explicó ayer en Zaragoza Amable Sánchez, del área de Recursos Subterráneos del Ministerio de Medio Ambiente. Sánchez tomó parte en la segunda sesión del VIII Simposio de Hidrogeología, organizado en la capital por la Asociación Española de Hidrogeólogos y la Confederación Hidrográfica del Ebro.

La recuperación íntegra de costes es un principio de la Directiva Marco de Aguas de la Unión Europea, a la que el especialista se refirió en su ponencia. Las administraciones trabajan a marchas forzadas en la aplicación de dicha directiva. "Hay que organizar la información y cambiar la mentalidad", explicó.

Según dijo, la directiva europea señala que al establecer las tarifas del agua "se tendrán en cuenta" los costes totales de obtenerla, lo que más que una obligación de repercutir el gasto completo parece una sugerencia , admitió el experto. En cualquier caso, indicó que en todas las cuencas se hacen estudios para determinar los costes reales.

La calidad es otro principio de la directiva, que sí obligará a la restauración y la recuperación. "Es necesario arreglar la sobreexplotación de acuíferos", indicó Sánchez, quien añadió que este problema sólo se arregla con menores extracciones de esas fuentes. Otra medida sería crear espacios protegidos alrededor de las captaciones (lo que exigiría reformar los planes urbanísticos locales).

En la sesión de ayer también intervino Andrés Martínez, de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, organismo de Medio Ambiente que se encarga del abastecimiento a poblaciones de Murcia y Alicante. Martínez explicó la experiencia con desaladoras en esa zona. Aunque afirmó que este sistema tiene algunas "pegas", fundamentalmente, ambientales, dio a conocer las fórmulas para solventarlas. Habló de las afecciones de los vertidos de salmuera a la poseidonea (algas protegidas). El control llevado a cabo en esa mancomunidad permite afirmar que en las praderas próximas a las plantas "no se ha visto afección".