En la mitad de las muertes que se producen por atropello la responsabilidad es del peatón, según un reciente estudio presentado en las Primeras Jornadas sobre Búsqueda de soluciones al Problema de los Accidentes de Tráfico, que se clausuraron el pasado 26 de marzo en Zaragoza.

Los expertos reunidos en el congreso abogaron por la implantación de medidas urbanísticas, sancionadoras y educativas para paliar una sangría que anualmente causa en España en torno a 800 víctimas mortales, una cifra que se mantiene estable desde el año 1992, según Juan Luis de Miguel, jefe del Departamento de Reconstrucción de Accidentes del Centro Zaragoza.

"Los atropellos representan el 15% de los accidentes mortales --apunta De Miguel--, por lo que no se trata de un problema marginal, sino de un aspecto crucial de la seguridad vial".

"Las investigaciones que se realizan después de cada accidente demuestran que en el 50% de los casos el viandante, al ser arrollado, estaba cruzando en ese momento la calle por un lugar sin paso de peatones o cuando el semáforo estaba en rojo para los que van a pie", indica Jesús Monclús, experto en Accidentología y Seguridad Vial de la Fundación FITSA.

Hasta finales de octubre del pasado año, once peatones, en su mayoría personas mayores de 65 años, habían fallecido atropelladas en las calles de la capital aragonesa. La cifra se considera elevada debido a que el año 2002 el número de muertes fue de 8, igual que en 2001.

El concejal de Movilidad Urbana, Jesús Sarría, anunció recientemente que la reducción del número de atropellos constituye una de las prioridades de la corporación municipal, que se propone eliminar los pasos de cebra de dos tiempos e instalar vallas en las aceras de las calles con mayor siniestralidad.

Las obras

De hecho, las obras que actualmente se registran en el tramo de la avenida de San José más próximo a Tenor Fleta servirán para eliminar uno de los puntos negros de la ciudad: el carril-bus en contradirección, donde el año pasado perdieron la vida dos peatones.

"En las zonas donde se produce conflicto entre los peatones y los automóviles, la velocidad debe limitarse a 30 kilómetros por hora", señala Jesús Monclús. "En el resto de las arterias --precisa-- es necesario instalar medios de control de la velocidad".

Pero existen otros métodos que también hay que tener en cuenta, como por ejemplo "la información, que es crucial para reducir el número de atropellos", sostiene Monclús. Este experto es asimismo partidario, tal y como se propone el Ayuntamiento de Zaragoza, de "realizar campañas de concienciación entre la población jubilada en la que se haga hincapié de las condiciones actuales del tráfico, que son muy distintas de las que había hace sólo 10 o 20 años".

Otra de las apuestas es la remodelación de las calles para rebajar la intensidad del tráfico mediante la colocación de badenes elevados, bandas rugosas o pasos sobreelevados para peatones.