Los habitantes del entorno de la plaza del Rosario, en el Arrabal, han sufrido recientemente varios sustos debido al continuo tránsito de vehículos. Se trata de una glorieta de acceso restringido al tráfico pero al margen de las señales de tráfico disuasorias no existe ningún elemento que actúe de barrera impidiendo el paso de los coches privados.

Los vecinos trasladaron el jueves a la junta del distrito la necesidad de colocar unos pivotes que cierren la entrada a una zona que, según el boletín que periódicamente pasa la Policía Local, es la que mayores denuncias ciudadanas referidas a tráfico registra.

"Los conductores utilizan la plaza del Rosario para atajar, se evitan así tener que dar la vuelta por Germana de Foiz para ir hasta la calle Villacampa", explicó una vecina del casco histórico del Rabal. Según relató, hace unos días, un turismo estuvo a punto de arrollar a su hijo. "Al estar en una zona peatonal se supone que los padres de los niños podríamos estar tranquilos, pero de eso nada, tenemos que andar con el mismo cuidado por una mera falta de control", denunció.

La solución que plantean desde el barrio es la colocación de unos pivotes fijos. No obstante, el presidente del distrito del Rabal, el socialista Ricardo Cavero, apuntó la necesidad de estudiarlo puesto que este sistema impediría el paso a la plaza de todo tipo de vehículos, incluidos los de seguridad pública como Policía, Bomberos o ambulancias. Al respecto, Rafael Tejedor, de la Asociación de Vecinos Tío Jorge del Arrabal recordó que en ciudades como Jaca (Huesca) se emplean pivotes móviles que se accionan con una llave que poseen tanto las unidades de servicios públicos como los vecinos residentes en la calle peatonal que precisan acceder a los garajes.