La Guardia Civil tuvo que desalojar ayer el hostal Ordesa de Aínsa, así como las casas colindantes, e incluso mantener la carretera cortada varias horas, por un aviso de bomba que resultó ser una broma de mal gusto. La llamada, según fuentes del Cuerpo, se realizó desde una cabina telefónica de la zona de Zaragoza capital. Los agentes investigan la autoría de la misma.

El aviso se produjo en torno a las 12.45 horas, y la Guardia Civil movilizó de inmediato a los especialistas en detección y desactivación de explosivos de Huesca.

Tras descartar la presencia de paquetes sospechosos en una primera batida, examinaron con un perro especializado el local, durante unos 40 minutos. Tras cerciorarse de que no había ningún rastro, los agentes pudieron reabrir la carretera sobre las 15.15 horas y permitieron a los empleados y los clientes volver al establecimiento, una vez pasado el peligro. El incidente causó alarma entre los vecinos, pero afortunadamente no pasó de ahí.

El alcalde de Aínsa, José Miguel Chéliz, lamentó este hecho que alteró "sin justificación la vida de los vecinos durante varias horas". Calificó el falso aviso de "reprobable" y confió en que la Guardia Civil resuelva su autoría. "Ojalá atrapen al que ha llamado, porque esto va más allá de una broma. Es un delito, evidentemente", recordó.