Miles de personas vivieron ayer con gran intensidad el último día de las fiestas de San Lorenzo, en el que una ensordecedora traca de medianoche despidió oficialmente siete jornadas de celebración sin descanso. El bullicio, la música y la diversión se extendieron más allá del último cohete para agotar hasta la madrugada esta nueva edición de las fiestas grandes.

Pequeños, jóvenes y mayores fueron protagonistas por igual en este último día de celebración, en un ambiente de despedida festiva. Ya a las 9.30 horas, la capital altoaragonesa acogió la Fiesta Homenaje a la Tercera Edad, que incluyó juegos y actividades deportivas y un almuerzo de migas. Unas horas más tarde, los amantes de la bicicleta pudieron participar en el Gran Premio San Lorenzo de Ciclismo, que incluía las categorías elite y sub-23 y que discurría por circuito urbano.

La programación infantil se extendió a lo largo de todo el día, con actividades en el parque municipal Miguel Servet, que ayer acogió la itinerante zona de juegos conocida como Gran Parque Infantil. También durante toda la jornada, las charangas de las diversas peñas y los pasacalles animaron las calles de Huesca.

La tradicional ofrenda de flores y frutos a San Lorenzo y la nocturna despedida al santo por parte de las peñas recreativas recordaban a los asistentes que las fiestas llegaban a su fin. Charangas y peñistas se concentraron, como cada año, en la plaza de San Lorenzo y tras despedir al santo recorrieron diversas calles de la ciudad hasta desembocar en la plaza de Navarra. Allí, la Pirotecnia Oscense se encargó de quemar la traca final de las fiestas. Un bullicioso punto final oficial para unas fiestas que no terminaron ahí, sino que se prolongaron más allá de medianoche, hasta llegar a la extenuación que provoca cada edición de los San Lorenzo de Huesca.