El Consejo de Gobierno aprobó ayer destinar más de 110.000 euros para la realización de obras de emergencia para reparar la red de tuberías que se vio dañada por las lluvias caídas el 29 de agosto pasado en la zona alta de Villel, en Teruel.

Se trata de actuaciones que ejecutará el Instituto Aragonés del Agua (IAI) para arreglar los desperfectos que se produjeron en algunos tramos de las tuberías de abastecimiento de agua potable y saneamiento de aguas residuales de la localidad turolense, según informó ayer tras el Consejo el portavoz del Gobierno, Roberto Bermúdez de Castro.

En concreto, respecto al sistema de abastecimiento de agua se rompieron unos 40 metros de la tubería que cruzaba el barranco Chartera y que abastece al polígono industrial, y la tubería que une los dos depósitos del pueblo.

Por otra parte, el barro que alcanzó la parte baja del municipio se metió en la red de saneamiento y atascó los colectores y también quedó dañado el camino de la depuradora y se produjeron erosiones y arrastres de terreno en la parte alta del casco urbano, lo que requiere la construcción de una escollera.

El Instituto Aragonés del Agua ha comenzado las obras esta semana, que darán prioridad a las más urgentes, como la reparación de las conducciones de abastecimiento y saneamiento y la reapertura del camino de acceso a la depuradora, y tendrán una duración aproximada de un mes.

Con respecto a las afecciones en otros municipios perjudicados en la pasada semana por las fuertes lluvias y tormentas, Bermúdez de Castro señaló que los técnicos del Gobierno de Aragón están estudiando dónde se actuará de las infraestructuras públicas dañadas.

El Instituto Aragonés del Agua ha reaccionado con prontitud dada la gravedad del problema y ante la necesidad de que el municipio cuente lo antes posible con un sistema de suministro de agua de calidad.

El problema se produjo debido a la torrencial tormenta que azotó el municipio a finales de agosto, cuando cayeron más de 90 litros por metro cuadrado y se desbordó la rambla de la Chartera. El barrio y las piedras inundaron las calles de la población e incluso una familia tuvo que ser rescatada al no poder atravesar el barranco desbordado.

El alcalde de Villel, Juan José Rodero, manifestó que se había tratado de un hecho extraordinario, dado que la rambla había estado seca durante medio siglo y que provocó el taponamiento de los aliviaderos, de tal forma que el agua anegó las calles del pueblo.