El Gobierno de Aragón aseguró ayer que la muerte de siete ovejas la noche del pasado domingo en las cercanías de Ejea no fue obra de un lobo, sino de perros asilvestrados. Así lo declaró ayer el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, tras mantener una reunión con la Plataforma para la Defensa de la Ganadería Extensiva sobre los problemas planteados por la presencia del cánido en la comunidad aragonesa desde hace exactamente un año.

«Se ha confirmado de manera inequívoca que el ataque de Ejea el pasado domingo no es de lobos, sino de perros», subrayó el consejero, que indicó que se había llegado a esta conclusión tras realizar las necropsias de las reses muertas en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca.

Sin embargo, los ganaderos siguen manteniendo que el animal que atacó al rebaño en la capital de las Cinco Villas es el lobo que desde marzo del 2017 ha causado, según sus cálculos, la muerte de 384 ovejas en Monegros. Por ello ayer volvieron a reclamar que se capture al carnívoro, según explicó José Luis Lasheras, responsable de ganadería extensiva del sindicato agrario Uaga en la provincia de Zaragoza.

AYUDAS «MUY POBRES» // Lasheras informó además de que el martes pasado el lobo volvió a atacar al mismo rebaño de Ejea, al que dispersó por una zona de campos, por lo que aún no se sabía si habían muerto más ovejas.

Olona subrayó que la Administración autonómica no niega la presencia del lobo en Aragón, una situación que calificó de «inevitable», como consecuencia de la expansión natural de la especie por toda Europa, España incluida. «Nuestro planteamiento es que nos debemos preparar para la convivencia con el lobo, que es difícil y que no puede ser a costa de los ganaderos», continuó el responsable de Desarrollo Rural.

De hecho, su departamento trabaja con la previsión de que el número de lobos vaya aumentando en Aragón conforme pasa el tiempo, lo que se verá facilitado por el hecho de que la especie está presente en las comunidades vecinas.

Los representantes de los ganaderos rechazan las ayudas de la Administración porque las consideran «muy pobres», en palabras de Lasheras, que defiende que el Gobierno de Aragón tenga en cuenta el «lucro cesante» tras los ataques del lobo y que se haga cargo de los daños en cumplimiento de su responsabilidad patrimonial. El sindicalista de Uaga señaló que el Ejecutivo aragonés «debe elegir entre priorizar el lobo o la ganadería extensiva».