El consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, reiteró ayer que el Ejecutivo autonómico rechazará "en cualquier hipótesis" un trasvase del Ebro, y esa será la postura que mantendrá cuando el Gobierno central convoque a todas las partes para abordar ese gran Plan Hidrológico Nacional que quiere elaborar y que ha generado los recelos de gran parte de Aragón al considerar que las presiones de los sectores partidarios del trasvase serán suficiente para que se haga.

Modesto Lobón intervino en nombre de la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, quien ayer tenía dos comparecencias pero delegó en Lobón y el consejero de Economía, Francisco Bono, ya que ella no asistió al pleno a pesar de ser diputada. La comparecencia para explicar la posición del Gobierno autonómico respecto al trasvase fue solicitada por Chunta Aragonesista, cuyo portavoz, José Luis Soro, resaltó que a Rudi "le incomoda dar la cara" para hablar del trasvase y mostró su temor de que el PP estatal apoye el trasvase.

Lobón replicó asegurando de que "hay muertos que no van a resucitar", en referencia a la amenaza trasvasista del 2001, y lamentó --al igual que hizo Antonio Torres, portavoz del PP-- que la oposición pretenda "resucitar" esos debates. Asimismo, recordó que el Acuerdo de Gobernabilidad firmado con el PAR blinda a Aragón de cualquier trasvase, al igual que su Estatuto, y esos postulados también los recoge el programa nacional del PP. Eso es así, si bien es cierto que el ministro Arias Cañete en ningún momento de la legislatura ha despejado la sombra del trasvase, algo en lo que coincidieron todos los partidos salvo el PP.