La Dirección General de Tráfico (DGT) reducirá la velocidad máxima permitida en las ciudades españolas hasta los 30 kilómetros por hora debido al incremento de los accidentes en vías urbanas en los últimos años. Lo hará mediante la elaboración de un Real Decreto que, según la subdirectora adjunta de vehículos de la DGT, Susana Gómez, estiman estará listo antes de final de año. Además, la medida podría verse modificada de nuevo en un futuro próximo porque la DGT valora en estos momentos reducirla todavía más (hasta los 20 kilómetros por hora) como sucede en otros países como París o Alemania donde la convivencia con el vehículo a motor es «prudente». «La velocidad mata y tenemos que plantear que la velocidad 20 puede ser la adecuada para estos vehículos».

Así lo confirmaba ayer Gómez en la jornada sobre movilidad urbana y la descarga urbana de mercancías (DUM) celebrada en Zaragoza. No obstante, este Real Decreto también incorporará otra medida basada en la catalogación de los vehículos de movilidad personal que pueden destinarse al servicio de reparto de última milla con masas de hasta 350 kilos. «Con los vehículos de movilidad personal primero vamos a saber qué son, masas, longitud, dimensiones, velocidad máxima, compatibilidad electromagnética, si necesitan intermitentes o no», señaló Susana Gómez.

Ficha técnica

Con la correspondiente catalogación, los fabricantes proporcionarán a los vehículos un certificado de cumplimiento de las características técnicas exigidas por la DGT y tendrá que pasar por un laboratorio oficial que lo certifique. Solo de esta manera el vehículo podrá ser registrado tanto en la DGT como en el ayuntamiento. «Se busca evitar que alguien compre cualquier vehículo, como un patinete, y no cumpla con los requisitos de la DGT de frenado, de compatibilidad electromagnética o de diámetro de la rueda, no pueda circular», explicaba la subdirectora de vehículos de la DGT.

Ese manual de características técnicas ya se está desarrollando y se publicará en el momento en que se publique el Real Decreto, aunque permanecerá fuera de él para «evitar la rigidez que implica modificar un Real Decreto». Además de la catalogación específica por vehículo, también se clasificarán por utilidad ya que unos están destinados a servicios urbanos como la recogida de basuras, otros al reparto de última milla, otros son para el ocio y también los hay vehículos de particulares.

Según expresó Susana Gómez, desde la DGT no se había prestado mucha atención a la DUM, pero a partir de 2017 se dieron cuenta de que era un vector en crecimiento. Hasta el 20% del parking circulante en área urbana en 2017 que generaba la congestión de las ciudades se debía a este tipo de descarga de mercancías. Además, hasta un tercio de los gases del efecto invernadero también se debían a esta actividad y, el dato más significante, refleja que se había producido un aumento del 69% en los accidentes con furgonetas de reparto.

Mejora de la DUM

Para mejorar el entorno de las descargas urbanas de mercancías y paliar la accidentalidad creciente estos últimos años, la DGT ha desarrollado la plataforma DGT 3.0. «Cada territorio es diferente, pero vamos a intentar tener una compatibilidad entre normativas, entre sistemas de gestión y aplicaciones móviles», destacó ayer Gómez. Esta plataforma recopilará y ofrecerá de forma gratuita la información que le proporcionen los ayuntamientos de las ciudades españolas para tener una visión conjunta de la DUM: «El operador de carga y descarga tiene que saber en tiempo real lo que está ocurriendo en cada ciudad. Y para eso, esta plataforma va a devolver toda la información que recibe», aseguró la subdirectora de vehículos de la DGT.

Asimismo, Gómez no escondió el deseo de la Administración de que las ciudades españolas puedan o se animen a acoger modelos de DUM como los que se desarrollan en países como Nueva York o Londres. En el país norteamericano, existen rutas específicas para la distribución urbana de mercancías con una separación física del resto de la actividad de la ciudad, reduciendo accidentes.

O el sistema de estrellas londinense (iba a entrar en vigor en octubre pero lo han tenido que posponer) en el que los vehículos pesados, en este caso de doce toneladas, para entrar a operar en una ciudad tienen que tener de serie cámaras de ángulo muerto, avisadores o detectores de presencia humana. Tienen unos parámetros de seguridad, y según el tipo de vehículo pesado que sea, se le asigna un número determinado de estrellas. En 2024, es posible que se exijan tres.