El río Ebro supera ya los siete metros de altura a su paso por la localidad zaragozana de Novillas, donde el caudal sigue en aumento y su alcalde, José Ayesa, prevé que llegue a su punto máximo durante la próxima madrugada.

Aunque se trata de una crecida "ordinaria", sus efectos son "extraordinarios", según el alcalde, dado que el río está "lleno de arboleda y sedimentos" que siguen reclamando que se limpien y además el caudal está creciendo "despacio" y es entonces "cuando más tierra inunda".

Los campos que ya están inundados, "bastantes" -según ha afirmado- estaban sembrados con cereal de invierno y cebada y algunos con alfalfa, en los que cree que el daño será menor.

Ayesa ha valorado que la población esté "resguardada" tras las obras acometidas por la Confederación Hidrográfica del Ebro.

A su paso por la capital aragonesa, el Ebro alcanzaba este mediodía 3,29 metros de altura y un caudal de 1.022 metros cúbicos por segundo, según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica de la Cuenca del Ebro, que prevé que el caudal ascienda en la ciudad hasta los 1.400-1.600 m³/s durante la tarde de este domingo.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha asegurado hoy en unas declaraciones facilitadas por el Ejecutivo autonómico que se mantiene bien informado de lo que ocurre en la ribera del Ebro y que se fía de lo que le transmiten los alcaldes de la zona, por lo que está "tranquilo" ante la situación del río.