No se ha cumplido ni un año del último debate sobre el estado de la ciudad, donde el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, anunció tres proyectos estrella que acapararon todas las críticas de la oposición. Pero todos han ido cayendo con el paso del tiempo, unos por el rechazo vecinal --los del entorno de Don Jaime I--, y otros porque el consistorio no ha sido capaz de acometerlos.

1. Don Jaime se quedó sin un millón de euros de inversión directa

La peatonalización de Don Jaime supuso abrir de nuevo un camino en el que todo el que lo ha intentado ha tenido que retroceder en sus pasos para cerrar de nuevo la caja de Pandora. Belloch lanzó esta idea y cayó como un jarro de agua fría en vecinos y comerciantes cuando en el fondo esperaba ovaciones por doquier. La contestación fue tan brutal que incluso animó a los mismos a constituirse en asociación vecinal --la bautizada como Reyes de Aragón-- para hacer frente común.

Su objetivo era destinar más de un millón de euros de inversión directa en transformar este vial, que es el que sufre las consecuencias de que otras como la de Alfonso sean peatonales. Buscar en San Vicente de Paúl o incluso el Coso bajo una forma de desahogar del tráfico rodado a este eje que, además, llamaba a hacer peatonal también el puente de Piedra, terreno aún más minado. Así que en mayo pasado se dio carpetazo al mismo.

2. El bulevar que nadie supo dibujar en un mapa de la ciudad

Belloch anunció la creación de un eje comercial que uniría la plaza de las Canteras en Torrero con el Arrabal, a la altura del Balcón de San Lázaro y el entorno de la estación del Norte, un bulevar de las esencias que nadie consiguió explicar después por dónde iría, si sería peatonal o autopista de peaje. Ni dibujo en el callejero ni características a estudiar. Solo que atravesaría la ciudad de parte a parte, incluyendo en su camino el paseo de Sagasta o el de Cuéllar. Pero por sentido común más que por afirmación técnica o política.

En este sentido, también por lógica encontraba en su camino Don Jaime. Y como esta calle ya no iba a ser peatonal, el proyecto volvía solito al cajón.

3. Tenor Fleta: segunda vez que San José despierta del 'sueño'

El descarte de la prolongación de Tenor Fleta se antoja dolorosa. Por los motivos que están detrás de él (que no hay dinero) pero sobre todo porque el barrio entero había vuelto a confiar en que esta vez sí iba a ser posible. El alcalde lo prometió, como en el 2011. Los técnicos se reafirmaron en las ventajas que tendría para los vecinos y para toda la ciudad, como en el 2011. Los gestores de las finanzas apuntaban a una rebaja de costes por el efecto de la crisis en las tarifas y que, por tanto, era viable su ejecución. Pero esta vez no salió a concurso como entonces. Ni siquiera se habló del precio actual, ni de cuánto se había rebajado ni si era asumible. Será un despertar difícil para ellos.