En tiempos de crisis cualquier medida de ahorro es válida para reducir la factura que regularmente se tiene que asumir en luz, agua, calefacción y otros servicios esenciales para el usuario. Eso es lo que ha pensado la estación central de autobuses de Zaragoza, que ha logrado aminorar sus gastos en un 25% para adaptarse a una demanda que, desde su apertura en el 2007, se ha reducido en un 40%.

La caída en el transporte por carretera afecta a las compañías pero también a los gestores de estas instalaciones que son un obligatorio lugar de paso para recorridos comerciales de más de 50 kilómetros que se ofertan al ciudadano.

Porque las operadoras pagan por parar y estacionar los 500 vehículos de media diaria que pasan por esta infraestructura instalada dentro de la intermodal de Delicias, pero también por los pasajeros que transportan, unos 7.500 al día.

Sumando a sus acompañantes, son más de 15.000 de media los que pasan cada jornada por sus instalaciones y a todos se les debe una iluminación adecuada, unos baños en condiciones, unas salas de espera bien climatizadas...

Pero la factura no es la del 2007, cuando se estrenó, porque son tiempos distintos a los de entonces, en los que abrir las puertas costaba más de 2,1 millones de euros al año. Ahora esta se ha rebajado a 1,7, medio millón menos.

Para ello la gestora Estación de Autobuses de Zaragoza, privada y con una concesión a 25 años por la que paga un canon de unos 140.000 euros al año a la DGA --a este concepto no le ha afectado la crisis--, ha realizado un desembolso unos 800.000 euros en mejoras.

Entre ellas está la sustitución de las bombillas instaladas con la obra por otras de tecnología led que han logrado rebajar el gasto en más de un 60%. "Ahora pagamos unos 8.000 euros al año pero lo normal era abonar en torno a 23.000 y se han llegado a asumir hasta 100.000", explicó el director general de la terminal, Iñigo Laín García.

Este alto responsable de la instalación destacó además que se han colocado reguladores que permiten optimizar el consumo y adaptarlo para que solo se enciendan en circunstancias en las que es imprescindible, y se apaguen si no hay actividad.

También el consumo del agua se ha rebajado, ya que "antes la estación requería de un abastecimiento de unos 1.800 metros cúbicos al año y ahora está en torno a 700", más del 55% de ahorro. O, sobre todo en climatización, uno de los males que acompañan a la intermodal desde que abrió sus puertas.

El frío penetra en invierno y ha sido siempre complicado dar con una calefacción óptima para el viajero y para los trabajadores que están en la zona de andenes.

Por este motivo, tradicionalmente, se ha tirado de consumo para tratar de paliar la dificultad que entrañan sus enormes dimensiones y, sobre todo, la altura a la que se encuentra la cubierta, más de 30 metros hasta la zona de vías.

Durante más de seis años, la factura la asumían a partes iguales y en función del consumo todos los habitantes de esta intermodal de Delicias. Pero la escasa ocupación, en número de propietarios de suelo o instalaciones en este macroedificio reducía el reparto de ese gasto, prácticamente al 50%, al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la propia estación de autobuses.

ESPACIOS SEPARADOS Esto ha venido siendo así hasta el pasado mes de septiembre, momento en el que la terminal de buses se desvinculó del sistema central de la estación. ¿Para qué? Pues para que su factura se acabe aminorando en "unos 60.000 euros al año".

Han llegado a abonar 100.000 euros por climatizar sus instalaciones y este año confían en pagar "entre 30.000 y 40.000 euros".

Para ello se han instalado su propio sistema de climatización, independiente y que da servicio de forma individualizada a cada una de las zonas. Porque la pregunta era si tenía sentido tratar de calentar la zona de dársenas cuando disponen de unas salas de espera donde el viajero puede estar siempre en óptimas condiciones.

Una decisión a la que Adif se podría acabar sumando y arrojar la toalla por climatizar la zona de andenes. Ahora su factura se dispararía, ya sin la estación de buses y si finalmente se marcha Husa del hotel.

"Las medidas que hemos adoptado y toda la inversión realizada nos han servido para equilibrar los gastos a los ingresos que la actividad genera, para adaptar esta infraestructura a la demanda real que tiene, de manera que si esta repunta, y este año parece que lo va a hacer, ya esté preparada para ser una estación puntera en España, en términos de autosuficiencia económica", comentó Laín.

Además, el director general de la terminal admitió que se han "renegociado a la baja" todos los contratos de servicios, de limpieza, seguridad y vigilancia, entre otros.