Poco a poco, con una lentitud desesperante para los usuarios, la autovía A-23 prosigue su avance hacia Jaca, donde enlazará con la A-21, que comunica con Pamplona. El último paso en el cuentagotas de las obras ha sido la propuesta del Ministerio de Fomento de adjudicar las obras de la variante de Sabiñánigo a la unión temporal de empresas (UTE) compuesta por Aldesa Construcciones y Rover Infraestructuras.

El importe de los trabajos ascienden a 71 millones de euros, IVA incluido, una cantidad que es casi un 23% inferior al precio de partida de la licitación, que se situaba en 75,7 millones (91,6 con el impuesto del valor añadido).

Con todo, dada la situación de bloqueo político que vive España, será preciso esperar a que se constituya nuevo Gobierno para cumplimentar totalmente el proceso adjudicatario.

El tiempo, sin embargo, apremia, pues la declaración de impacto ambiental de la circunvalación expira el 31 de diciembre. Esta circunstancia obliga a los adjudicatarios a empezar las obras antes de esa fecha con el fin de no tener que someterse a otra evaluación de impacto en el medio ambiente.

La futura variante de Sabiñánigo discurrirá más al este y más al norte que la actual N-330, con el fin, entre otros motivos, de evitar un antiguo vertedero de Inquinosa situado en la margen izquierda del tramo urbano del río Gállego a su paso por la ciudad.

Medirá 8,6 kilómetros y contará con un viaducto de casi mil metros que superará los cauces del Gállego y del río Aurín. Habrá un total de tres salidas (reguladas con rotondas) para entrar y salir de Sabiñánigo.

La variante terminará en el tramo en servicio que empieza cerca del núcleo de Borrés y termina en las inmediaciones de Jaca, donde está paralizada la construcción la variante que debe circunvalar la ciudad por el norte.

El plazo de construcción de la variante de Sabiñánigo es de 40 meses, según las condiciones del proceso de licitación. Una vez acabada, solo quedará pendiente el tramo comprendido entre el núcleo de Lanave y El Hostal de Ipiés.

En la actualidad se trabaja en el desdoblamiento de un tramo situado a la altura de la presa del embalse de Arguís, donde todo el tráfico se canaliza por un túnel de reciente construcción.