Cerca de 300 hectáreas de rastrojos, monte bajo y algo de cultivo ardieron ayer entre los términos zaragozanos de Sos del Rey Católico y Undués de Lerda por un incendio que disparó la alarma en la zona durante varias horas debido a su proximidad a una zona de pinares y la localidad de Navardún. Según los expertos consultados, las llamas no causaron daños mayores gracias a la extraordinaria eficacia de los equipos de extinción, donde se incluyeron dos hidroaviones con base en Zaragoza y un air-tractor (carga agua en tierra) con sede en Monflorite, además de tres helicópteros.

ALBERO Las hectáreas quemadas se determinarán hoy y quedarán sumadas a las 136, también de monte bajo y rastrojos, que ardieron entre el viernes y el sábado en el término oscense de Albero, en el primer balance de importancia de incendios estivales de este año.

La jornada de ayer en el entorno de Sos estuvo marcada por dos incendios. El primero, declarado por la mañana al parecer por el paso de unas cosechadoras. Aquí ardieron entre seis y siete hectáreas de cultivo. Cuando las unidades aéreas se retiraron y sólo quedó un retén terrestre de vigilancia, un nuevo foco, en este caso más severo, a unos 500 metros de distancia, obligó a reemprender los trabajos.

Aquí las llamas alcanzaron rápido a unos campos ya cosechados, lo que facilitó su propagación. Fue entonces cuando los equipos de la DGA, DPZ, y distintos vecinos y voluntarios asumieron que había que parar el frente como fuera, ya que iba directo a una zona de pinares.

Los hidroaviones tuvieron que desplazarse hasta el embalse de Yesa para cargar agua, mientras que los helicópteros pudieron repostar en un embalse situado en Agronsella, una granja situada a escasos metros de la zona afectada.

En este sentido, todos los presentes destacaron la importancia que había tenido la "cercana presencia del agua". El incendio quedó controlado en torno a las nueve y media de la noche, hora en la que únicamente se quedaron los retenes de Cinco Villas, para impedir posibles resurgimientos. Además, la jornada estuvo jalonada de pequeños conatos sin importancia en Maella, Sádaba, Belchite y Calatayud.