El Gobierno central no contempla crear un nuevo centro penitenciario en Teruel, según afirmó ayer en Zaragoza Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias, que presidió en el barrio de Torrero la inauguración del Centro de Integración Social Las Trece Rosas, el cuarto de su clase que se abre en España y que tiene como función reeducar a los presos con vistas a su reintegración en la sociedad.

Pese al estado obsoleto de la actual cárcel de Teruel y al hecho de que las fuerzas políticas de la ciudad hayan solicitado un nuevo centro penitenciario que actúe de revulsivo de la economía local, Gallizo insistió en que su departamento "no tiene prevista" la construcción de la instalación penitenciaria.

La directora general anunció, sin embargo, que el próximo lunes su departamento firmará un "preacuerdo pionero" con el Gobierno de Aragón para mejorar la asistencia sanitaria en los centros penitenciarios aragoneses. "Nuestra idea --afirmó Gallizo-- es que lo que se haga en Aragón abra camino a la mejora de la sanidad penitenciaria en toda España".

"Los centros penitenciarios grandes, entre ellos el de Zuera, poseen espacio suficiente para que los especialistas en medicina se desplacen a ellos a atender a sus pacientes, en lugar de que éstos vengan a los centros hospitalarios de Zaragoza, con las consiguientes complicaciones", señaló Gallizo.

En referencia a la reivindicación de un módulo para presas con hijos en la prisión de Zuera, la responsable de Instituciones Penitenciarias señaló que la política actual tiende a "buscar fórmulas para que las madres cumplan sus condenas fuera de los centros penitenciarios, cerca de sus niños".

Gallizo agregó, durante el acto de inauguración que los centros de inserción social, destinados a presos de tercer grado que viven en régimen de semilibertad, "son una pieza muy importante dentro de las infraestructuras que desea poner el Gobierno, ya que tenemos un problema de masificación muy fuerte".

"Los centros de inserción social permiten cumplir el mandato constitucional que hace de las cárceles centros donde se paga por los delitos y donde se reeduca a los presos con el fin de que se reintegren plenamente en la sociedad", señaló, por su parte, el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, que asistió a la inauguración junto con el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y el responsable de prisiones de la Generalitat, Albert Batlle.

El nombre del centro procede de trece mujeres de ideas republicanas que fueron fusiladas en Madrid al término de la guerra civil. Tres compañeras de las víctimas y el hijo de una de ellas asistieron emocionados al acto.