El Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido aplicar sanciones que oscilan entre los 120 euros y la retirada de la licencia a los vendedores del rastrillo de la Romareda que dejen abandonados desperdicios en medio de la vía pública. Con esta medida, el concejal de Mercados, Laureano Garín, pretende evitar que cada día de venta los encargados de la limpieza pública tengan que recoger hasta 1.500 kilos de basuras procedentes del mercadillo.

Los miércoles y los domingos, a partir de las 13.30 (media hora antes de la hora de cierre), agentes uniformados y de paisano recorren las calles del rastro para controlar el depósito de los desperdicios en los 42 contenedores habilitados especialmente para ellos. Si se detecta que alguno de los vendedores no retira los residuos, se le pueden exigir responsabilidades.

"Entendemos que el rastro cumple una función social pero esta actividad tiene que compaginarse con otras como son los partidos de fútbol de los domingos o las actuaciones del Auditorio de Zaragoza, la gente que acude a estos actos no tiene por qué aguantar el que las calles estén llenas de basura", explicó Laureano Garín.

Además de endurecer el control sobre los comerciantes, el consistorio estudia los costes adicionales que se derivan de las labores de limpieza. "Si se disparan, podría repercutir en los recibos de los propios vendedores", aseguró el edil.

Garín se reunirá el próximo lunes con representantes de la Confederación de Empresarios de Zaragoza, las asociaciones de vecinos del entorno de la Romareda y vendedores del rastro para abordar estos problemas y fijar el calendario de actividades de este año. "Trataremos de acercar posturas, sobre todo, entre los vecinos y los comerciantes de los puestos ambulantes", añadió Garín.

AUMENTO DE SUPERFICIE Mientras que las personas que habitan en el entorno de la Romareda llevan años reclamando el traslado del rastro, los responsables del mercadillo pretenden que el ayuntamiento amplíe el número de licencias y la superficie sobre la que instalan sus puestos en la calle Eduardo Ibarra (al espacio situado frente al campo de fútbol desean añadir ahora el que se encuentra junto al edificio del auditorio).

"Nos hemos hartado de denunciar que el sitio actual del rastro no es el adecuado, sólo hay que pensar en la imagen que se da a la gente que viene de fuera a los congresos que se organizan en el auditorio o a los partidos de fútbol cuando al llegar ven las calles llenas de bolsas de plástico, papeles y todo tipo de basuras", sostuvo José María Aguilar, presidente de la Asociación de Vecinos Romareda.

El concejal de Mercados aseguró comprender las reivindicaciones de los ciudadanos. De hecho, ayer anunció que no está previsto ampliar ni la superficie de venta ni el número de las licencias con que cuenta el mercadillo. "Creemos que los puestos actuales (434) son más que suficientes, así que se mantendrá la superficie en forma de jota, entre Eduardo Ibarra y Luis Bermejo", dijo.

El edil sostuvo también que en beneficio de los comerciantes se está avanzando en la erradicación de los puntos ilegales, como los top manta . Asimismo, se mostró partidario de escuchar las reivindicaciones que le dirijan el próximo lunes.