En el pueblo de Fuentespalda ya estaban acostumbrados a las buenas cosechas de setas, pero este año se han llevado una gran e inesperada sorpresa. Concretamente fue el lunes cuando Joaquín, un vecino que reside en Zaragoza, fue a visitar a su tío a dicha localidad turolense y se encontró con que el bosque estaba habitado por varios gigantes .

En el campo de este agricultor, situado en una de las laderas de una pequeña montaña, habían crecido casi una veintena de setas enormes. "El año pasado ya tuvimos un aviso de lo que ha pasado este otoño. Recogimos varias setas más grandes de lo normal, pero estas son gigantes", afirmaba Joaquín.

Dudas en la clasificación

En cuanto las descubrieron, algunos micólogos amigos de la familia se interesaron por descifrar la especie de la seta gigante. "Nosotros estamos seguros de que se trata de varios ejemplares de Lycoperdon perlatus, más conocida como pedo de lobo", comentaba Joaquín. Sin embargo, micólogos de la Asociación Micológica Caesaraugusta, ponían en duda este diagnóstico, ya que ellos pensaban que por sus características "se trata de langermanias giganteas". Y es que, según los expertos, la seta que se ha encontrado en Fuentespalda nace en sitios frescos sin necesidad de cuidados especiales, puede alcanzar hasta 20 kilogramos de peso y presenta características físicas similares al pedo de lobo, por lo que es fácil confundirlas.

Pero si en algo están de acuerdo descubridores y expertos es en que esta especie es totalmente "inofensiva", ya que incluso es hasta comestible, aunque su sabor "no es ninguna exquisitez", coincidían. A pesar de todo, Joaquín, decidió regalar los ejemplares, que pesaban entre 8 y 9 kilogramos, al chef de un restaurante de Zaragoza. "De las casi veinte setas, tres se han estropeado, y las demás se las he dado a un restaurador para que las cocine para sus mejores clientes". Hasta que llegaron a las manos del restaurante, las setas tuvieron un guardián de lujo: un carnicero que las mantuvo en las cámaras frigoríficas del mercado del barrio de Torrero.

Y es que este tipo de setas sólo se pueden consumir cuando se conserva todo el agua que tienen, ya que sólo así se mantiene la ternura y blancura de la carne, que generalmente se cocina rebozada o en ensalada, aunque en el restaurante se preparará "en tapas", aseguraron en el mercado. A buen seguro que el año que viene, en Fuentespalda los vecinos estarán muy pendientes de la cosecha.