Decepción, rabia e impotencia de que no se ha hecho justicia en nombre de Víctor Laínez. Unos sentimientos que explican lo que ayer vivieron Javier, hermano de la víctima, y sus amigos, tras escuchar el veredicto del jurado popular constituido para enjuiciar el conocido como crimen de los tirantes.

Que no sea condenado a 25 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de odio no lo entiende Javier, quien califica de «vergonzoso» el veredicto. «A este paso habrá que darle una medalla al mérito civil a Rodrigo Lanza», lamentó Laínez con los ojos vidriosos y con un cigarrillo constante en la mano para tratar de mitigar los nervios.

«Hemos vuelto a revivir el dolor de aquel 12 de diciembre cuando mi hermano murió en el hospital tras la brutal paliza que le dio Lanza», señaló, mientras afirmaba que «ya puede tener cuidado la gente de a pie que lleva en su muñeca una bandera de España porque puede venir, matarte y que no pase nada».

SUPRIMIR JURADO

La única explicación que Laínez tiene con respecto a este veredicto, es que «el jurado se haya dejado manejar por el abogado de la defensa de Rodrigo Lanza». «El ser humano es muy manipulable, la defensa les ha liado, pero bueno, vamos a recurrir y que esto lo juzguen juristas y no gente que no tiene ni idea de juicios, como es mi caso», aseguró al tiempo que abogaba por «suprimir» el tribunal popular.

«El contenido final me deja entrever claramente que el jurado no ha entendido absolutamente nada de lo que tenían que decidir y de cómo lo tenían que decidir», insistió. «Los forenses acreditan todo y parece por el jurado que mi hermano murió por caerse al suelo, él era de la misma corpulencia que yo, 120 kilos, y hay que mirar a Lanza, si uno compara no se sostiene el veredicto al que han llegado», añade Laínez.

También se refirió a la posibilidad de que Lanza sea puesto en libertad la semana que viene, tal y como pidió el abogado de la defensa; afirmando que «habrá que meterse en casa, no venga a por nosotros. Mi sobrinico no sale de casa de miedo, es todo una vergüenza, esto crea sensación de impunidad».