"Un hombre que no conocía barreras". Con estas palabras aparentemente contradictorias fue definido ayer Eduardo Hernaz Gracia, fundador de Disminuidos Físicos de Aragón, en el curso del homenaje póstumo que le rindió el Instituto Aragonés de la Comunicación (IACOM) en el hotel Reino de Aragón, en Zaragoza, con ocasión de la entrega del primer premio de la institución.

Hernaz, que falleció en octubre pasado a los 46 años de edad, dedicó su vida a la mejora de las condiciones de vida del colectivo de minusválidos aragoneses. "A los 4 meses y medio de vida contrajo la polio y quizá eso fuera el germen de su carácter rebelde y de su lucha a favor de los derechos de los discapacitados", afirmó Pascual Marco, su amigo y presidente de IACOM.

El acto estuvo presidido por Javier Fernández, delegado del Gobierno en Aragón, quien se refirió a Hernaz como "un gran luchador, un gran curioso y un gran viajero". El primer premio del IACOM, consistente en una estatuilla, fue entregado por el representante gubernamental al padre del homenajeado, Benito Hernaz; a su hija Zara, y a su viuda, Ana López.

"El fue la mejor persona que he conocido y nunca le olvidaré", declaró Zara Hernaz, visiblemente emocionada, al recoger el premio. Ana López afirmó, por su parte, que el reconocimiento póstumo se extendía "a todo el equipo con el que trabajó" y subrayó que el fundador de Disminuidos Físicos de Aragón "siempre luchó por la libertad, la igualdad y la solidaridad".

El homenaje, al que asistieron numerosos amigos del fallecido, así como miembros de Disminuidos Físicos, contó asimismo con la presencia del presidente de las Cortes de Aragón, Francisco Pina, y del rector de la Universidad de Zaragoza, Felipe Pétriz. Al comienzo del acto se emitió un vídeo en el que, con música de Serrat y un poema de Miguel Hernández, dos aficiones de Hernaz, se repasaba la vida del homenajeado.