Un hombre de 67 años, F. F. M., se ha sentado esta mañana en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza acusado de agredir sexualmente a una mujer de 60, que era vecina suya, en febrero del 2019, en la localidad de La Puebla de Alfindén. Se enfrenta a un máximo de 12 años de prisión, pero la defensa pide la absolución o, subsidiariamente, un año de cárcel.

Según la denunciante, que ha declarado tras una mampara, el imputado, que niega las acusaciones, le realizó tocamientos en los pechos y le metió un dedo en su órgano sexual, todo ello contra su voluntad.

Los agentes de la Guardia Civil que atendieron a la mujer han declarado que esta presentaba lesiones, tenía dolores y se hallaba "muy nerviosa y muy asustada". Los médicos forenses que la examinaron al día siguiente del hecho han indicado que presentaba lesiones en el interior y en el exterior de sus órganos genitales.

El encausado, ha señalado la mujer, la abordó cuando ella bajaba del autobús y le preguntó si volvía de visitar "al piltrafa de su marido", que se encontraba hospitalizado. Después, tras compartir un pitillo, la introdujo a la fuerza en el portal donde ella vive y allí, tapándole la boca, le pellizcó los pechos, le introdujo un dedo en la vagina e intentó penetrarla con el pene.

Al no conseguir una erección, ha relatado la denunciante, el hombre trató de quedar con ella otro día, momento que ella aprovechó para huir. También, ha añadido, la obligó a tocarle el pene y le amenazó con matarla si lo que había sucedido llegaba a oídos de su mujer y su hija. Ha manifestado asimismo que dio el paso de denunciar lo que le había pasado para evitar que su presunto agresor "se quede de rositas en la calle".

El acusado ha asegurado que tocó a la mujer por encima de la ropa y que, al comentar que tenía los pechos duros, esta respondió: "Mi dinero me han costado". Ha subrayado que en ningún momento utilizó la violencia, de palabra o física, y que los escarceos duraron dos minutos.

La abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, ha mantenido que la mujer no declaró que había sido penetrada en la vagina con un dedo cuando fue interrogada en el atestado, por lo que, en su opinión, se trata de un elemento que añadió posteriormente al relato.

Ha argumentado que su cliente padece disfunción eréctil debido a la medicación que toma contra la hipertensión y ha dicho que, a lo sumo, se produjeron unos "tocamientos impetuosos", sin llegar en absoluto a la introducción de un dedo en la vagina. En referencia a las lesiones (escoriaciones y rojeces), ha sostenido que la mujer puede padecer dermatitis.

La Fiscalía pide para el acusado nueve años de cárcel y una indemnización de 6.000 euros. El acusador particular, Javier Rodríguez eleva la petición de pena a 12 años y la responsabilidad económica a 9.210 euros. Por su parte, la defensa mantiene que la relación fue de mutuo acuerdo y solicita la absolución. Alternativamente, si el tribunal apreciara delito, Sánchez Herrero pide un año de cárcel por un delito contra la libertad sexual, con la aplicación de la atenuante muy cualificada de reparación del daño, dado que el acusado ha abonado a la denunciante 6.000 euros en concepto de daños morales.