El presidente aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, restó ayer importancia a las discrepancias entre la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza, admitidas el pasado jueves por el alcalde, Juan Alberto Belloch, también del PSOE. Iglesias dijo que no hay "enfrentamientos" y que los objetivos de ambas instituciones "coinciden".

Belloch aludió a las "suspicacias puntuales y las "tensiones políticas" entre el Gobierno aragonés y el zaragozano producidas por "enfoques diferentes" en algunos temas. Como ejemplo, destacó el interés municipal por lograr que la empresa Ikea se instale en el proyecto Puerto Venecia frente al intento de la DGA de llevarla a Pla-Za.

Iglesias afirmó: "No hay enfrentamientos, aunque hay temas que no están cerrados y a los que hay que buscar soluciones. El objetivo del Gobierno coincide con el del ayuntamiento". Al mismo tiempo, garantizó que la relación entre ambas instituciones es "de cooperación y colaboración"; añadió que al consistorio "le preocupa Zaragoza" y a su Ejecutivo, "el conjunto" de Aragón, y prometió: "Ningún proyecto se paralizará una hora porque no nos pongamos de acuerdo".

Por otra parte, Iglesias anunció que el presupuesto de la DGA del 2005 incidirá en las inversiones y en las áreas sociales (Educación, Salud y Servicios Sociales).