El dueño de un restaurante en Barcelona, de nacionalidad china, ha sido imputado en un delito de pesca ilegal. La Guardia Civil le sorprendió en el paraje de Mas de la Punta, en Caspe, utilizando un trasmallo de 100 metros de longitud, plomeado, siendo éste un medio de irregular, masivo y no selectivo.

Dentro de la red, según fuentes de la Benemérita, había 230 ejemplares de peces de diferentes especies, entre las que destacaba la carpa (especie protegida de captura y suelta en Aragón), siluro, lucios y lucio-percas.

Todas las especies fueron devueltas al agua en ese momento por el Seprona e incautaron todos los medios empleados para su captura.

SIN LICENCIA

La persona sorprendida, L. X., de 42 años, carecía de licencia de pesca obligatoria en Aragón y regentaba un establecimiento hostelero en la localidad de San Andrés de la Barca. Ante la sospecha de que los ejemplares capturados pudieran ser destinados para su consumo en ese local, se solicitó la colaboración del Seprona de Barcelona que realizó una inspección en el establecimiento con la finalidad de comprobar si existían ejemplares de pescado de los que no se dispusiera documentación que acreditase su origen legal.

Durante el registro los agentes hallaron, en el interior de un arcón congelador ubicado en la cocina del mencionado local, varias bolsas de plástico transparente en cuyo interior había aproximadamente 10 kilos de ejemplares de carpa congelados.

Todo ello se encontraba junto a los demás alimentos que eran almacenados para su posterior preparación y venta al público.

Debido a que ese pescado congelado no disponía de documentación que acreditara su origen legal, el SEPRONA procedió a su precinto.

Además de la imputación del mencionado delito, esta persona ha sido denunciada por varias infracciones a la normativa de pesca en Aragón y a la Ley de aguas.

Durante la investigación, el Instituto Armado pudo determinar que los ejemplares encontrados en el arcón habían sido presuntamente capturados por la misma persona que fue sorprendida en Caspe.

Una vez finalizadas las pesquisas, la Guardia Civil remitió durante el día de ayer las diligencias al juzgado competente.

El pescado hallado en el establecimiento hostelero ha quedado precintado y a la espera de resolución judicial para determinar si también existe un delito contra la salud pública.