Alguien le ha mentido al juez Picazo en los interrogatorios del caso pagarés. Eso no es un delito sino un derecho de todo imputado. El magistrado, que trata de esclarecer si alguien delinquió en la construcción de las naves de Autocity en Plaza por parte de Codesport, señala al exgerente de la empresa pública, Ricardo García Becerril, y el exconsejero delegado, Carlos Escó, como reos de administración desleal, infracciones en las que apunta al dueño de la constructora y del Real Zaragoza SAD, Agapito Iglesias --a quien atribuye también una estafa--, como colaborador necesario. Estima que hay indicios de que se confabularon para saquear 14 millones de la plataforma logística hinchando la facturación.

La investigación, que deberá aclarar las contradicciones en las que incurrieron los tres imputados, cuenta con el testimonio de un testigo que elevó el nivel de las sospechas: "le manifesté al señor Becerril en una coversación privada que se notaba el precio entre la obra efectuada y la cantidad que se cobró", declaró Pedro Colás, exdirector financiero de Plaza

NO ME CONSTA Al testigo no le consta que el consejo de administración hubiera aprobado "con carácter previo" la emisión a favor de Codesport de cuatro pagarés que sumaban 8,7 millones y que firmaron Escó --admitió que uno de ellos excedía sus competencias por superar los tres millones de euros-- y García Becerril.

Entre las contradicciones de los imputados destacan las relativas a si los precios del contrato inicial fueron o no respetadas. "No es cierto que mi empresa facturara una cantidad superior al precio cerrado" --293 euros por metro construido, incluidos gastos generales y beneficio industrial--, aseguró Iglesias, que añadió que al pasar el proyecto de 80 naves a 120 "se han puesto 45 puertas más, 45 escaparates más y eso se valora, se somete a aprobación por Autocity y Plaza, lo firman y una vez ejecutada toda la obra se facturan sin alterar el precio original".

García Becerril, sin embargo, justificó la revisión de precios por durar las obras más de un año --29 meses frente a los 10 del planteamiento inicial--, aunque admitió que el acuerdo Plaza-Codesport no incluía ninguna cláusula de revisión de los valores. "Se ignoraba que se iba a incrementar" la obra, dijo.

Escó, por su parte, explicó que el consejo no fue informado de "esa aparente incompatibilidad" entre el pago por revisión de precios y la prohibición de recalcularlos "que figuraba en el pliego". Y añadió que en diciembre del 2008, un mes después de que Autocity rescindiera el acuerdo con Plaza y esta quedara como promotora de la obra que ejecutaba Codesport, "seguían existiendo revisiones y sobrecostes".

Los imputados tampoco aclararon la causa inicial de los pagarés por 8,7 millones. El exgerente sostuvo que "estaban detalladas en un modificado del proyecto" y que esos sobreprecios "obedecían a conceptos indemnizatorios y no eran imputables a Codesport", mientras que Agapito Iglesias aseguró: "Me consta que Plaza autorizó a Autocity para negociar con Codesport los modificados de la obra".

PRECIOS El accionista mayoritario del Real Zaragoza SAD, cuya empresa ganó el concurso inicial por haber presentado la mejor oferta económica y luego ejecutó otro en el que, según sus propias palabras, "se modifica absolutamente todo", dio esta sorprendente explicación el viernes: "Los precios del proyecto no tienen nada que ver con la obra contratada con Plaza".

"Los precios del presupuesto no tienen por qué corresponderse con los empleados en la contratación, y máxime en esta obra que hay un modificado que la amplía en un 50%", añadió el constructor soriano.

Las declaraciones de los imputados tampoco dejan claro quién propuso firmar los pagarés. "Es el gerente quien me comunica la necesidad" de hacerlo, dijo Escó, que añadió que quien conformó las facturas fue García Becerril. En la versión de este último es el oscense quien lo autoriza.